Caminata San Antonio de Prado - Belén Aguas Frías

SINFONÍA DE VERDES SIN GUANDOLO.

Ya eran bastantes sábados que por cualquier motivo no caminaba con los TTs. Pero bueno, siempre habrá sábados para invertirlos en compañía de ese grupo que por disparejo es que se logra mantener cohesionado a pesar de los diferentes inconvenientes para no estar todos juntos en algunas ocasiones. Entre los 5 miembros no hay dos ni medio parecidos en manera de ser, en creencias, política, futbol etc. etc. Siempre habrá divergencias, pero en el placer de caminar y hablar cháchara a 10 manos estamos unidos y sobrados de lote. Se camina y habla a 5 lenguas por km recorrido.

A las 7 am a la estación Itagüí fuimos llegando, ellos en el Metro y yo caminando desde Sabaneta; el efusivo saludo para el caminante pródigo como el hijo aquel, un tintico y llegó la buseta que nos llevó hasta el parque del Corregimiento San Antonio de Prado de Medellín.

Reseña de Wikipedia

Las tierras del actual San Antonio de Prado fueron divisadas por Jerónimo Luís Tejelo en misión enviada por el mariscal Jorge Robledo cuando se encontraban en tierras de Heliconia en busca de sal. En esta misión se descubrió la Quebrada Larga, en el sitio que hoy conoce como el Alto El Barcino, divisando tribus de Los Nutabes y el hermoso y fértil Valle de San Bartolomé, nombre impuesto por él a esta extensión de tierra que hoy es la ciudad de Medellín.

San Antonio de Prado, comienza su desarrollo en la época de la Colonia, en 1860 se estableció en Prado el señor Felipe Betancur quien repartió estas tierras entre sus hijos.

En 1903 mediante Ordenanza se creó el municipio de san Antonio de Prado, segregando territorio del municipio de Itagüí. El cual tuvo una duración de aproximadamente 4 años y luego pasó a ser Corregimiento de Medellín. El 14 de octubre de 1918 se realizó el IX censo de población, contabilizando un total de 2.913 habitantes, indicando con ello el aumento demográfico alcanzado.

Para el período comprendido entre 1920 y 1940 la vida económica de San Antonio de Prado estaba dada por arrieros y comerciantes de tabaco, aguardiente y una extensa actividad extractiva de maderas.

La industria y comercio de Medellín e Itagüí provocó un desplazamiento de la población rural hacia el casco urbano del corregimiento recuperando y restaurando muchas de las viviendas para ocuparse en las actividades recién creadas. Más tarde en la década del 50, el corregimiento recibe una amplia corriente migratoria de poblaciones vecinas.

En 1960 el crecimiento de la vivienda urbana se incrementa. Mediante el acuerdo No. 052 de 1963 se definió la sectorización del Municipio de Medellín y en el se establecieron las áreas urbanas, semi-rural y rural, conservando los límites que establece para el Corregimiento la ordenanza que lo creó en 1903.
La definición del perímetro urbano de San Antonio de Prado ha estado sometida a modificaciones que han incidido en el proceso de expansión del área urbana sobre área rural y de hecho sobre el incremento de las actividades urbanísticas de la población que estas atraen. Como expresión de esta tendencia, el acuerdo No. 018 de 1983, amplio el área urbana del corregimiento incorporando en ella, los nuevos núcleos poblados de Pradito y El Vergel.

Ya en el parque, visitado varias veces por los TTs, nos llegamos hasta la cafetería que queda a un costado de la Corregiduría, una hermosa construcción republicana, que por cierto es vigilada por unos acuciosos agentes del orden que no permiten que sea fotografiada; vaya uno a saber porqué…

Café con leche (tibia por favor) ají con pastel de pollo y pastelitos de arequipe fueron el frugal desayuno de los 4 del camino, porque el Lobato tenía compromisos familiares ineludibles. Aunque a veces nos sentimos como rebaño sin pastor, ahí nos defendemos para no hacerlo quedar mal…

Dado por terminado el festín, tomamos rumbo a la ruta que nos llevaría hasta la terminal de buses de la ruta Belén Aguas Frías. Pero primero y como siempre nos ocurre, le preguntamos al primer “Perico de los palotes” que nos aparezca a mano, cuál sería la ruta indicada para llegar a nuestro destino. Ni siquiera teniendo los mapas a mano, hemos optado por seguirlos sin preguntar; nos fascina que a cada parroquiano que le preguntemos nos de una ruta diferente.


Corridas las amonestaciones de rigor, nos enrutamos hacia abajo, a buscar el cauce de la quebrada que abajo, ya en Itagüí, toma el nombre de “Doña María” pero en sus orígenes se llama “Quebrada Larga” Una carreterita vecinal pavimentada bordeada de casas de recreo, otras de vivienda corriente, algunos ranchos y casa fincas con vacunos y caballares. En una de estas, con su establo rudimentario nos encontramos a una orgullosa mamá yegua con su potrillo de pocos meses. El chico salió a ver quien le interrumpía su desayuno y cuando vio que éramos unos viejitos recochudos, resopló y regresó a sus menesteres alimenticios de la mañana.


Pronto estábamos bordeando la quebrada y traje a mi memoria a un viejo amigo de juventud, que por cosas del destino terminó metido en el lado oscuro de la fuerza y fue “desaparecido” por estos lados hace muchísimos años, cuando esto eran potreros y breñales inhóspitos. También recordé que detrás de una novia de estos lados, acampamos alguna vez a la orilla de la quebrada un fin de semana muchos años atrás. Es lindo recordar…


Hechas las remembranzas, nos dedicamos a disfrutar del paisaje tachonado de construcciones de diferentes estilos y presupuestos; estaderos, trucheras, finquitas de recreo, alguna institución educativa y mucho tránsito de motocicletas y automóviles que alguna vez, ahora 25 o 30 años fueron último modelo y ahora sirven para transporte veredal.


La quebrada siempre a nuestra derecha, en algunas partes estaba adornada con rocas de gran tamaño y revenideros que alcanzaban a mostrar la magnitud de alguna de sus muchas crecidas invernales y de los estragos que sería capaz, si no se le respeta y cuida su cauce natural. Un “estadero” ostentaba como adorno una descomunal herradura que hace imaginar a Juanfer el tamaño del caballo al que pertenecía. El de Troya era chiquito al pie de la herradura de este. Un poco más adelante, volvimos a los Suramericanos de Medellín; Las ventanas de una de las casas del camino eran del mismo material, color y diseño de ese tan bonito que hacía las veces de paredes de los escenarios deportivos. ¿De dónde salieron? ¡Vaya uno a saber!


A medida que avanzábamos, el terreno se iba despoblando; ya las casitas y las fincas eran más campesinas y a ambos lados, la ladera de la montaña mostraba potreros divididos con cercas eléctricas para racionalizar su uso con el ganado vacuno, lo que indicaba la presencia de hatos lecheros industrializados. Ya había las pequeñas construcciones en las que los tanques de enfriamiento de leche eran la nota predominante. La carreterita, aunque algo maltrecha por tramos, seguía quebrada arriba, hasta que un puente nos condujo al otro lado. Empezaba aquí la falda para ascender al alto de “El Barcino” y al “Pico Manzanillo” dos de los cerros tutelares del “Valle del Aburrá”


Desaparecen las casitas semiurbanas, pero empiezan a aparecer las rurales de las fincas ganaderas y de las fincas con vocación agrícola, sobre todo de Cebolla de hoja larga o de rama que llaman “Junca” (Allium fistulosum Linnaeus) Algo de tomate de árbol también había. Se abre el paisaje y el verde en todos los tonos predomina en un festival de paisajes que embriaga y reconforta. Hatos ganaderos de predominancia Holstein, lecheros por antonomasia pululaban por las laderas. El ascenso es suave y conversadito, conversadito llegamos a un punto en que ya se divisa San Antonio de Prado y parte sur del “valle del Aburrá”; desde aquí pudimos darnos cuenta de la magnitud de la contaminación dentro de la cual vivimos y morimos un poco a diario. Una mancha ocre sube desde el fondo del valle, afeando el paisaje lejano.

Juanfer y Zuluaguita ya habían hecho el recorrido, pero en sentido contrario, por lo que en más de una ocasión tocó invocar la ayuda de la tocaya de Lobato, personificada en algún campesino y esta vez en un vigilante de un escuelita rural, ante la bifurcación del camino. Estábamos cerca de la cima.


De pronto nos vimos caminando por plan y divisando todo el vallecito de la cuenca de la “Quebrada Larga” o “Doña María” y al otro lado de la montaña, la carretera que lleva a Armenia Mantequilla y Heliconia, pasando por el alto de “El Chuscal” Todo verde en todos los todos posibles y muchas casitas colgadas de las laderas. No metimos a un bosque de pino “Pátula” y por un momento nos detuvimos a escuchar el viento cantando por entre las ramas.


Se abre el paisaje al frente y abajo ya se divisa por entre la bruma ocre de la contaminación y las copas de los árboles, el centro de la ciudad de Medellín. Iniciamos el descenso y llegó a colación un tema en el que sí estamos conectados todos los TTs.; la Coneja que está como perdida hace días… Suena un teléfono y adivinen quien era… 3 veces se interrumpió la señal por las estribaciones del camino y 4 veces llamó hasta que logró hablar con cada uno de nosotros. Ha estado muy juiciosa y alimentando las ganas de venirse de nuevo de paseo, como lo hizo hace poco. Por aquí la esperamos como TT honoraria y en ejercicio cuando quiera salir a caminar con nosotros.


El valle se fue abriendo más y la carreterita que hasta la cima era destapada, de pronto resultó pavimentada en cemento rizado y piedra de agarre con sus “obras de arte” bien organizadas. Parecía entrada a finca de presidente… Le están trabajando por tramos y en diferentes tipos de pavimentos, quien sabe porque razón; pero lo importante es que le están metiendo mano. Esta vía está proyectada como “Circunvalar” que rodearía el “Valle del Aburrá” por las montañas circundantes y acercaría mucho los diferentes puntos de nuestra geografía urbana y semi-rural.

Ya más abajo, un joven sin camisa y con una 2 litros de gaseosa en la mano, subía trotando. Al vernos se detuvo. Hizo algún tipo de seña a otros que venían detrás un poco más abajo, lo que nos alertó. Llegamos hasta donde se detuvo y lo saludamos sin prevención y el hombre se notó más tranquilo y los otros dos chicos y un niño que los acompañaba, nos acompañaron a hacer chanzas. Uno de ellos levaba una gran olla entre un costal. Un poco más abajo, 4 jovencitas subían también. Era programa con sancocho.

Muy empinada la carretera. Rastrillones en la vía mostraban la dificultad con que subían los carros y la bajada golpeaba sin piedad las rodillas de los TTs, ya de por sí viejitas y maltratadas. El paisaje era parecido en algo al del otro lado, pero sin vacas. Mucha cebolla sí, lo que hacía parecer el paisaje como una colcha de retazos en verde y tierra.


Llegamos por fin a la terminal de transportes de Belén Aguas Frías. De aquí tomaríamos bus hasta el centro, pero decidimos buscar primero a doña Cervecita. Un poco más arriba la encontramos acompañada de pasteles cuadrados y triangulares de arequipe y guayaba y una señora muy atenta que nos abrió la reja de su tienda como si nos conociera de toda la vida. Por supuesto Juanfer pidió “Míster Tea” y se conformó con del que hubiera. Unas galleticas ponderadas por Juanfer como exclusivas de “Mamá Inés” completaron el menú. Terminado el refrigerio, abordamos una buseta para el centro y en dos pedalazos estábamos en la estación Industriales; ahí cada quien pegó para su casita y hasta luego.

José M.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Chemita, muy simpatico esto que escribiste: Se camina y habla a 5 lenguas por Km. recorrido. Y de esto doy yo fe, je, je, je!

Dos cronicas, dos cronistas y cual de las dos mas agradables de leer,
se lucieron como siempre.

Las llamaditas ya saben que es con todo cariño, y claro que si, estoy calentando motores y ver cuando arranco a caminar con mis cuchachos
preciosos. Mmmuuuaaaa!

Coneja.

JuanCé dijo...

Oigan, oigan:
¿Nos van a hacer creer que lo único que comieron en el recorrido fue lo narrado?
¿Entonces pa que fueron?
No les creo...
JuanCé

Jorge Iván dijo...

Doy fe de lo que se camina, se habla, se reza, se goza, se sufre y se come en las caminatas. es toda una experiencia de vida. Magnífica la crónica y más la caminata

Anónimo dijo...

Son un Grupo de la Tercera Edad?