Caminata Remolinos - Cerro Bravo - Remolinos
Fecha: sábado
Asistentes: Luis Fernando Zuluaga Zuluaga, Juan Fernando Echeverri Calle, Carlos Alberto Olaya Betancur, José María Ruiz Palacio y Jorge Iván Londoño Maya
Luego de la maratónica llegada nos acomodamos en un enorme bus color naranja de
En una hora y cuarenta minutos llegamos a
A todo el frente de la fonda comienza la carreterita destapada que conduce a la vereda el Rincón, ubicada en el dedo gordo del pié de cerro Bravo. Siendo entonces las 9 y 18 minutos de la mañana, que entre otras parecía mañana de viernes Santo, tanto que nuestro cerro amaneció estrenando ruana hecha de la mas fina lana celestial (neblina) y nos escondió su generosa vegetación y su imponente figura, bajamos la bandera a cuadros para dar comienzo a nuestro segundo ascenso. El primero lo hicimos un reluciente
Este primer recorrido, de una hora exacta, se hace por terreno relativamente plano, a modo de calentamiento para las verdes y las maduras que nos esperan mas adelante. En el trayecto encontramos muchas casas al lado de la vía; las hay para todos los gustos. Entre ellas la casa galería de doña Isabel, quien haciendo gala de esa cordialidad paisa nos invitó a conocerla. Los naranjos y los guayabos (pero los buenos) abundan por esta región, por lo que Luisfer se enmochiló algunas naranjas pero de las agrias, quizás pensando en la subida.
En el remate de este trayecto, donde termina el plan y la carretera, conocimos la capilla de la vereda que está en construcción. De allí en adelante comienza el ascenso por unos rieles, ascenso que en estas primeras de cambio no es tan pronunciado y que nos lleva hasta la finca de un cuñado de Juanfer, a la que entramos para saludar al mayordomo y darle la miradita de rigor. Luego de pasar un quiebrapatas, que hace las veces de meta de partida, quedamos a merced de las enaguas del cerro, bordadas en fina pedrería cual vestido de gala para reinado de Cartagena, enaguas que hacen juego con la ruana aquella, que sigue pegada al cerro como garrapata a la res.
El ascenso se hace en su totalidad por un sendero construido por Corantioquia (Dios los bendiga) el cual ha perdido parte de su identidad debido al paso del tiempo, a la disminución de los caminantes y porque la naturaleza, en algunos sitios, está recobrando su memoria con aguas que vuelven a sus causes olvidados, a tal punto que un tramo fue invadido por enormes piedras arrastradas por la corriente de múltiples aguaceros.
En la mitad de este primer ascenso se encuentran algunos kioscos, que hacen las veces de miradores y descansaderos, los cuales, además de la maleza que los está inundando por falta de clientela y descuido de los encargados de su mantenimiento, se convirtieron en espaciosas urbanizaciones para que las arañas construyan allí sus caprichosas telarañas. Hasta los nombres de las personas, las frases de amor y los corazones pintados sobre la madera corren el riesgo de desaparecer.
Claro que los miradores todavía sirven bien sea para hacer una picada de delicioso lulo maduro, como la que nos preparó José María con dos hermosos ejemplares que cogió de la propia mata, sin importar que la muestra gratis hubiera dado de a casquito para cada uno, o para divisar el paisaje, que en esta oportunidad la neblina nos impidió ver. Esa neblina, que más parecía humo, daba la impresión de que en Venecia estuvieran haciendo un enorme sancocho para todo el pueblo.
Terminado este segundo tramo, comienza el último y definitivo, el cual se hace por entre el espeso bosque que más bien parece una manigua, atiborrado de palmas, bejucos, líqueles, hongos, musgos, helechos y frondosos árboles. El piso, que a veces parece blando como si fuera de lona, está formado por una gruesa capa de tierra de capote revuelta con hojas y troncos que forman los escalones hechos por Corantioquia, obra que permite el ascenso a la cima, y que de no existir sería imposible alcanzarla. De ahí mi pedido al comienzo de esta crónica para que Dios los bendiga.
No obstante la lluvia caída la noche anterior, que inundó la mayoría de los escalones, borrando así cualquier huella por el sendero, advertimos la ausencia total de caminantes o paseantes durante muchos meses atrás, por lo que en ese momento éramos los amos y señores de esa belleza natural del Suroeste, lástima no haber encontrado un notario cerquita para haberla escriturado a nuestro nombre. El verde verde, para siempre verde, nos rodeaba por todas partes; el silencio monástico sólo es interrumpido por el trinar irreconocible de las aves, el olor a frescura, a capote y musgo es constante y la oscuridad producida por los enormes árboles, a la cual se le suma la neblina, convierte nuestra escalada en una maravillosa y única experiencia.
La fértil vegetación hace que constantemente tengamos que pasar agachados o en cuclillas por muchos sitios donde los bejucos y los troncos forman caprichosos túneles y grutas, por lo que en la misma medida se oyen los gritos de advertencia de Luisfer quien iba a la cabeza del grupo: ¡ojo, agáchense, palo saca ojos a la vista! La llegada a la mitad del recorrido fue motivo para la celebración con un delicioso guandolo.
Todo iba muy bien hasta que oímos: “hasta aquí llegamos”. Resulta que un tramo del camino, de unos
Dando enormes zancadas entre escalón y escalón, lo que obligó al siempre bienvenido apunte de Carlos, quien dijo que algunos escalones son tan altos, que las rodillas le tocaban la frente, fuimos coronando este cerro Bravo, que tiene mucho de eso pero no más que nosotros. Faltando unos doscientos metros me adelante del grupo, no para ganarme la medalla de oro sino para sacar las banderas de Colombia y de Antioquia y ponerlas en unas astas improvisadas para darle la bienvenida a mis compañeros, quienes emocionados largaron la carcajada de sorpresa y alegría.
Filados de mayor a menor entonamos los himnos Nacional y de Antioquia, a la vez que elevábamos una plegaria a Dios para agradecerle su compañía y protección. Obviamente el rezo lo hicimos pasito porque lo teníamos a media cuadra, o mejor a tiro de celular, pero de esos de nuestra niñez, los que hacíamos con dos vasos plásticos unidos por una larga pita. A falta de vino brindamos con otra botella de guandolo que todavía conservaba algo de frío, comimos manzanas y galletas de las que el poeta José María le compro al infaltable vendedor del bus.
Reposados los ánimos patrióticos y corporales, continuamos con la animada conversación. Mientras tanto, Luisfer saco las naranjas agrias, una botella de agua y un cuarto de no se qué, y como en las bodas de Caná nos multiplicó el guandolo. Lástima que la neblina nos privara de observar los paisajes que desde estas alturas quedan como servidos en bandeja de plata. En efecto, en un día soleado se puede ver, aún sin binóculos: Venecia, Fredonia, Tarso, el río Cauca, Santa Bárbara, puente iglesias y la capul del nevado Ruiz, además las imponentes cadenas de montañas que hacen del Suroeste una de las regiones mas ricas en paisajes de nuestra geografía Antioqueña.
Como lo anoté, la primera vez que alcanzamos esta cima fue el
Como el cielo se encapotaba, y debido al compromiso que tenían Luisfer y su esposa Carmenza, de asistir a las 7 y 30 de esa noche al matrimonio de una pareja amiga, recogimos las banderas, las notas de los himnos, las oraciones y la basura; cargamos los morrales, nos despedimos de mano de san Pedro, le matamos el ojo a la Milagrosa y hágale que vamos es pa´ bajo.
La bajada es complicada por lo mojado del piso y las piedras, pues como dice el dicho “piedra lisa no avisa”. Además el tapete de hojarasca se vuelve otro enemigo porque algunas con solo pisarlas se convierten en una patineta recién engrasada. Despacio y con buena letra fuimos atacando el descenso. No obstante, Carlos, Luisfer y Juanfer grabaron la marca de sus pantalones en el piso, por fortuna sin consecuencias.
Al ritmo de: ¡Ojo aquí y ojo allá!, ¡Cuidado con esa piedra!, ¡Pilas pisan esa hoja!, ¡Agáchense!, ¡Lobato agárrate de este palo, pone el pié izquierdo aquí y el derecho allá! ¿Quien tiene agüita? ¡Está que se larga el agua! ¡Tranquilos que vamos bien!, ¡No friegue, los Todo Terreno si pasamos bueno! ¡Miren que belleza de musgo! ¿De que animal será esa cueva? ¿Quieren llevar tierra de capote? ¡Luisfer, paremos que los estamos dejando! ¡Pelaos, casi me caigo, (Juanfer)! llegamos al sendero despejado, en donde también encontramos despejado el cielo lo que nos permitió ver
Gracias a nuestra patrona salió el pelirrojo Restrepo, el cual se había solidarizado con el paro de camioneros, pero como nadie le informó que había terminado, muy campante siguió parqueado el puente completo, y nos secó el camino empedrado que nos conduce hasta el pié del cerro, porque les cuento que esas piedras mojadas no las baja ni una cabra amaestrada. Con mucha prudencia y todo el tiempo en segunda, bajamos este tramo, al final del cual fuimos recibidos por tres perros de una humilde casa, los cuales, voliando cola y dando vueltas a nuestro alrededor, parecían invitarnos a un cafecito.
La hora que nos faltaba hasta
4 sancochos de espinazo, preparado por las señoras del restaurante pensando más en los nuestros después de semejante caminata, una bandeja paisa con chicharrón certificado, más
Llevaríamos cuadra y media cuando la Milagrosa bendita que no nos abandona nos mandó el bus de Venecia, que resulto ser el mismo que nos trajo por
José María fue el primero en desfilar al paso por su Sabaneta. El resto seguimos hasta
A diferencia de otras jornadas, en la que nos toca la avalancha de hinchas que van para el clásico, esta vez contamos 8 hinchas del Nacional, 2 del Medellín y 58 policías bachilleres. Están tan mal nuestros equipos que el partido, jugado a las 8 y 15 de esa noche, lo perdieron los dos, pero los puntos los tiraron a la jura y se los ganó Nacional.
Como siempre, en
Hasta la próxima
10 comentarios:
Genial descripción de la aventura hombre Lobato. La machera de crónica, parece preparada para la página "Los caminos de El Mundo".
Que nos pongan 20 cerros Bravos más si quieren.
José M.
Como ya es costumbre en Jorge Ivan,ésta crónica es excelente,su inigualable estilo para contanos por donde pasan son tan reales que tambien salí empantanado.Que buena caminata se ve la fértil vegetación y esos enmalezados terrenos me recuerdan mis perdidas por las montañas de mi querida ANTIOQUIA.Crónica llena de sustancia,con esos desayunos y almuerzos pa'que más.
RUMU
Jorge Ivan,es para"contarnos por donde pasan"es que,algunos paisas,escribimos como hablamos.
RUMU
Hablar de la crónica es llover sobre los colchones de agua formados en el multicolor musgo de cerro bravo, a quien le hemos bajado los calzones dos, veces y subido las "naguas" otras dos. Que hermosura, que belleza y que experiencia. A lo lejos el cerro Tusa nos mira de reojo, ya que allá volveremos y en el camino, mil cosas por contar, eso si, la casa de Doña Isabel Trujillo, un remanso con cara de museo y homenaje a la cultura, merece una crónica aparte. Los caminos necesitan más caminantes, la naturaleza quien la proteja y ésta crónica, visitantes fieles como RUMU, es decir, amigos de verdad, lo demás son elogios sin sal, que sólo se los lleva el viento.
JESUS ALONSO BOLIVAR
Agradecido por los positivos comentarios. Los aplausos se los lleva don RUMU por su extrema fidelidad con nuestro blog. Las crónicas son como las pilas de agua bendita a las entradas de las iglesias, listas para quien quiera santiguarse. Eso si, que no les vaya a faltar el agua, pero por fortuna tenemos fuentes de inspiración de sobra.
Hello fellow friends in Colombia. I came across your blog and found it quite interesting to see your circle of friendship and interest in hobbies that keeps you walking and hiking to new adventures of exploration and youthfullness. It seems as though you have formed quite a fun fellowship among Mr. Luis Fernando Zuluaga, Mr. Juan Fernando Echeverri, Mr. Jose Maria Ruiz Palacio, Mr. Carlos Olaya, and Mr. Jorge Ivan Londono. Enjoying the simple things in life can make all the difference in the world, especially enjoying those times with people you enjoy being around, care about, enjoy laughing with, and encouraging each other to press on and see Gods beauty that he created for us. I would encourage you as you continue on this journey, to maybe take a guest walker with you every once in awhile to let them see the experience through the eyes you have seen it. You might choose a handicap person, or a less-priviledged person, or someone battling an cancer or sickness that it would be good therapy for them and you as you walk and talk and share what life can really be. So fellow friends; walk on and see and smell and touch and breath all that God has created. Life sure does taste better with an extra flavor or two in it. Happy walking...From the USA. your friend...Kirk
Qué crónica tan fabulosa!Recordé paso a paso nuestra subida a ese "bravo" que domamos con los tenis. Será emocionante releerla después de varios años; porque ha sido un fiel recuento de esta maravillosa aventura.
Felicitaciones Lobato, de nuevo te luciste.
Olaya
HELLO MR. KIRK:
MIL GRACIAS POR SU COMENTARIO. SEPA Y ENTIENDA QUE YA USTED TIENE EN NUESTRO HERMOSO PAIS, CINCO AMIGOS, QUE QUISIERAN CONOCERLO, ABRAZARLO E INVITARLO A CAMINAR CON NOSOTROS, POR NUESTRAS MONTAÑAS, SENDEROS VALLES Y CIUDADES. ¿CUANDO NOS VA A ACOMPAÑAR? SERA UN PLACER.
COLOMBIA Y LOS CAMINANTES LO ESPERAMOS DE BRAZOS ABIERTOS, CORAZONES FELICES Y MUCHA AMABILIDAD, ASI QUE TOME SU CAYADO, PONGASE SUS TENIS Y DECIDASE A CAMINAR CON NOSOTROS.
UN ABRAZO,
JUAN FERNANDO ECHEVERRI CALLE JUANFER
¿Dónde están los amigos de los caminantes?? Por los ingresos al blog, parece se quedaron solos. LO IMPORTANTE ES QUE NUNCA SE QUEDEN SOLOS LOS CAMINOS.
Iván
Eso me sigo preguntando yo Don Lobato, donde estan los amigos, la verdad Rumu el mas fiel, pero bueno
mientras les sean fieles los caminos pa que mas.
Pa que pero desde que se comienza a leer la cronica, ya puedo saber quien la va a firmar, oiste Lobatico, cada cronica es mas lucida que la anterior, tremendo!
Pero eso si, que muchacho pa coqueto, asi que, " mi chica de turno", hum!!! la cosa es por turnos, entonces la listica es larga, que peligro para las que lleguen a ser parte de la listica, enseguidita les pasan borrador, hay Lobato te va a llevar el chucho, jajajajajajaja.
Bueno ya dejando el regaño atras, paso a que el resto de la cronica, siempre enmarcada con tus apuntes de poesia como,el Cerro amanecio estrenanado ruana hecha de fina lana celestial, eso te quedo muy bonito. Y no se preocupe que yo le escrituro el bosque del que quedo enamorado y todos sus alrededores.
Pero es que si no les faltan las empantanadas, no se como no los han botado de las casas, con ustedes, una se empantana hasta el
alma que cosa, pero asi y todo
no los pienso dejar.
Que cerro tan hermoso El Cerro Bravo y mas conquistado por nuestros cinco caminantes remachando la conquista con nuestras dos hermosas banderas e himnos, ustedes si saben hacer patria.
"Las cronicas son como las pilas de agua bendita a las entradas de las iglesias, listas para quien quiera santiguarse"
Ya me santigue.
Conejita.
Conejita.
Publicar un comentario