CAMINATA EL TRAPICHE (GIRARDOTA) DON MATIAS


Sábado 15 de enero de 2011. Siendo las 6 y 57 de la mañana tomamos el colectivo a Girardota - después deviajar apretados como reos de Bellavista, nos apeamos cerca al peaje.


El Kurdo llegó encogido – era el único flaquito del grupo, el resto del grupo, con
sus paquidérmicos cuerpos, se había acomodado en el taxi a sus anchas (en
orden descendente de kilos: Juanfer, Lobato, Zuluaga, Carlos).

Muy pronto la empinada cuesta se puso enfrente – una angosta carretera que
lleva directamente a Don Matías – No había mucha gente en el trayecto, uno
que otro carro pasaba de vez en cuando – las pequeñas casas de los lados
aún permanecían cerradas – el fresco de la mañana peinaba nuestros rizos.

Caminábamos con paso firme cuando de repente se nos vino la montaña
encima: Resulta que JuanFer tuvo la "osadía" de polemizar con el Lobato sobre
un tema de presupuesto de vías – no se pusieron de acuerdo, y fue entonces
cuando el señor Londoño explotó, se puso furioso, echaba candela por la boca
y humo por las orejas, el pecho se le erizó, como cuando una coneja rabiosa
pelea por lo suyo!
Calma,
que la calma no se pierda
que si seguís discutiendo
os vais a la m……
Con esas palabras mágicas del Kurdo volvió la tranquilidad al grupo – Olaya
Pictures no quiso filmar lo sucedido porque Zuluaguita no estaba en compañía
de un adulto responsable!


Poco a poco, el paisaje se iba ampliando – por un lado la imponencia de los
lagos, la doble calzada y Girardota a lo lejos, por el otro las altas montañas y
una colcha inmensa de fincas lecheras!


fue entonces cuando Olaya decidió filmar en agradecimiento a RCN por las gorras y todo su "futuro" patrocinio.




- Ah ! Pobrecito ese animal – se lamentó Juanfer viendo una agotada
recua de mulas bajar del monte, todas cargadas con pesados troncos de
madera.
- Ellas nacieron para eso! – le replicó el Lobato
- Si, pero ¿Se imaginan ustedes el peso y la vibración de esos troncos
contra las pobres costillas de ese animalito? – ripostó Pericles (esta vez
no hubo maremoto ni tsunami Lobato alguno).


Llevábamos casi 3 horas y no se veía una tiendita por ningún lado – justo
cuando desfallecíamos, el Lobato sacó de su mochila dos termos de rica y fría
limonada, después nos agasajó con dulces rodajas de piña oro miel – fue todo
un manjar! – hacía rato ya habíamos dado buena cuenta de las infaltables
mandarinas y grandillas de Zuluaguita.


La carretera era interminable – cada vez se empinaba más y más, después se
perdía en inmensas curvas, mientras el Lobato trataba de consolar al Kurdo
cronometrando el tiempo recorrido – el grupo se detenía un rato y esperaba a
que Olayita tomara otro aire.
- Uy! ¿Y estas son las caminaditas suaves? – se quejó el fotógrafo
- Tranquilo cuñita que te esperamos, hágale despacio – le decía Juanfer
con un sentimiento de culpa en su rostro.

Poco a poco se fueron divisando las goteras de Don Matías – ya eran casi 7
horas de duro caminar bajo el sol – y cuando más cansados estábamos, Dios
nos puso en el camino una tiendita hermosa y muy aseada, atendida por una
pareja de avanzada edad – la cervecita, el tutti frutti y el té frío, nos levantaron
de nuevo.


Tuvimos fuerzas para entrar a la pequeña capilla de San Andrés –
regocijados en Dios, nos quitamos las gorras de RCN, rezamos y le dimos
gracias por todo lo bello que nos da y nos permite ver y disfrutar:

Hermosas montañas de verdes multicolores, hatos inmensos de vacas lecheras, flores
salvajes, el olor del aire y la voz del viento en nuestros tímpanos! ¡Sanos y bien
afinados!

Con cada paso se sentía más fuerte el olor de las marraneras – alerta
inconfundible con la que este pueblo vivo y trabajador recibe al visitante.
- Las marraneras huelen bien los 3 primeros segundos – decía
JuanFerpedia – después no se las aguanta nadie! (pensé para mis
adentros: Uhm! Será el único al que le gusta ese olor! Oinc! Oinc
JuanFer! ).


Muy pronto nos vimos caminando por una calle larguísima que nos daba la
bienvenida al pueblo – estaba inundada de negocios, tiendas y locales de
cachivaches – eso sí, adornada con muchas chicas, todas ellas muy "trozas",
cacheticoloradas y muy sonrientes! – menos mal, porque hacía 8 horas no
veíamos sino vacas, terneros, cerditos y lechonas culi-encrespadas (ve, que
coincidencia).


Una vez en el pueblo, nos dirigimos a la iglesia del parque – hermosa,
adornada con bellos arcos dorados (no confundir con Mc Donald´s) y con un
impresionante altar forrado en oro macizo – eso me dijo el Lobato – fue nuestro
tercer encuentro con Dios en ese día, el primero había sido a las 12 del día,
con la acostumbrada oración del angelus que él suele rezar con nosotros en
cada caminada (léase "anyelus"):Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus
fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostræ.
Amen.


A propósito, además del angelus, siempre nos acompaña el "conejanyelus", es
la llamadita infaltable que nos hacen desde USA en cada caminata sabatina!
Cumplido el sacro deber, muy pronto estábamos sentados a manteles en el
restaurante FERCHO´S – frijolitos con chicharrón, hígado encebollado y claro
frío con bocadillo, nos devolvieron las fuerzas….y las ganas de una siestecita!


Como la digestión era lenta, nos sentamos en el parque a recrear los ojos, pero
ante el cansancio de todos decidimos montarnos en la buseta – no importaba,
todavía faltaba una hora para salir, pero decidimos pegar una "pestañaita" –
iban siendo las 4:15 de la tarde.

Muy pronto Carlos entró en estado cataléptico, y como Lobato no se quiso
sentar al lado de JuanFer, me tocó obligado a mí – yo esperaba que JuanFer
también cayera hipnotizado, pero no, no paró de hablar en todo el camino y
tampoco dejó de pegarme en el hombro cada vez que me hablaba – todavía
tengo el morado! Por su parte, el Lobato corrió con la bella suerte de siempre - a su lado se acomodó una respetable dama, quien dulcemente entonaba las canciones que
sonaban en el radio de la buseta:
Te recibí el corazón con toda el alma
no me arrepiento a pesar de tu traición
al darme cuenta que eres una tirana
me enamoré y el destino me engañó.

JuanFer me decía que mirara para atrás, pero me daba pena, me daba miedo
que me pasara lo mismo que a la esposa de Lot !


En un santiamén estábamos de nuevo en Medellín – me bajé en La Aguacatala.
Y con la alegría de haber disfrutado a pleno un día más con mis amigos, tomé
rumbo a mi casa – pero antes, me tomé una cerveza!

FELIZ DIA

KURDO