Caminata Puente Gabino - Túneles Rio Grande - Puente Gabino

Eavemaría Pues. Casi que no

Como dicen en Montebello, no hay aguacate que no madure ni sancocho que se le resista. Por fin los Todo Terreno pudimos celebrar la asamblea ordinaria, entiéndase caminata, con cupo completo. El orden del día lo leímos en la Terminal del Norte, a la que fuimos llegando en completo desorden de edad, dignidad y gobierno. Josema paró el cronómetro en los nueve segundos de siempre, le seguimos el trío de Luisfer, Juanfer y el Lobato y Carlos cerro el lote.

Era obvio que el reencuentro ameritara porciones enteras de buñuelo, empanada o papa rellena, según hubiera amanecido el genio de las papilas gustativas de cada comensal, tarea que cumplimos con un cinco admirado. La compra de los tiquetes alcanzó a ponernos los pelos de punta, porque en los puentes festivos la mayoría de las “flotas” no venden tiquetes para puntos intermedios, por aquello de la oferta y la demanda, según dicen los estudiados. Así que al cuarto intento logramos conseguir puestos en un bus de Coonorte que iba para Anorí; eso si, pagando como si fuéramos para Puerto Inírida.


La espera dentro del bus, que se demoró treinta minutos, debido a la congestión en la pista de decolaje, fue amenizada por dos vendedores de galletas tipo wafer que pasan de puesto en puesto “embutiendo y recitando amablemente “llevando la galleta a dos mil pesitos, no aguanten hambre señores”. Luego se subió un tercero a ofrecer una bolsa repleta de mecato de todos los sabores y colores, también a dos mil pesitos, oferta que fue cuñada con “la graciosa” que no falta en estos viajes, una eufórica señora de sombrero caballista terciado, con tres manos de pintalabios color rojo carmesí, extensivo a los dientes de su sonora prótesis, o caja que llaman, y que iba güete para su tierra natal.

Olvidaba decirles que íbamos para Porce, el Mediterráneo paisa de los charcos, por lo que nuestro bus a muy buen paso cogió la moderna, esa si, autopista norte. Las primeras de cambio fueron amenizadas por la foto en primera página del periodiquito “Quiubo”, cedido en préstamo a Juanfer por otro pasajero, del trasero de la Jennifer, designado como el más sexy del mundo, y a su vez el más inalcanzable, como opinara Josema.

En el Hatillo se nos montó un hombrecito que empinado como pudo y colgado de los tubos para que lo pudiéramos apreciar, se nos
presentó, cédula en mano, como el médico Quemuanchatocha, especializado en medicina alternativa, recién llegado del Perú, descendiente del chaman Sacha, perteneciente a cultura Ayahuasca, (Google puede con todo) para asistir al seminario que por estos días se celebra en Medellín (pues, eso dijo) y para pedirnos quince minuticos de nuestro valioso tiempo, los cuales él mismo convirtió en más de una hora.

El galeno de turno nos dijo en orden alfabético hasta de qué nos podríamos morir, rajó y despotricó del solomito, del churrasco, del chicharrón (imagínense semejante despropósito) y hasta nos mostro, para ser mas realista su intervención, fotografías de enfermedades que obviamente le hicieron perder el encanto al trasero aquel.

Al final de cuentas saco de su enorme maletín unas bolsas con hierbas de uña de gato, madreselva, patatera, milamores, muérdago, maitake y un tris de telaraña. Obvio, a los diez primeros que levantaran la mano (todos los de atrás) el precio oficial de 30 mil pesos, les iba a quedar, SOLO POR HOY, a 5 mil pesitos, y si lleva tres solo le cuesta 10 mil, porque la tercera le sale GRATIS, pero eso no es nada, al que lleve una o las tres, le encimo mi tarjeta para una cita SIN COBRO ALGUNO. Luisfer, Juanfer y Olayita se metieron la mano al dril y compraron su bolsita, así que preparémonos para ver el esbelto resultado en futuras fotos. Josema y yo seguiremos con nuestra eterna dieta “primero de enero”


Fue tanta la carreta del inca..pie que hasta Olayita, que nunca, se nos vino a marear ya llegando, por lo que presto el Lobato, haciendo las veces de ayudante, le facilitó la famosa bolsa negra, pero gracias a San Genaro las “intenciones” no pasaron de la palidez y la maluquera. Quiso el destino que a las dos horas llegáramos a puente Gabino (partidas para Carolina y Gómez Plata)
punto de partida de nuestra caminata, de la cual hay que darle el crédito a Arfirio, portero de mi edificio y nuestro director de rutas para la región del norte.


A las 9 y 45, en medio de un radiante día, con una alta temperatura, propia para el disfrute de los charcos de la región y habiéndole pasado de agache al desayuno trancado, dimos comienzo a nuestra incursión por una región nueva para nosotros, llena de encantos naturales, como esa vega del río Porce, que por estos lados corre a nuestra izquierda en forma lenta, apacible y con el silenciador puesto.


Aparecen los potreros con ganado Cebú, o sea que por hoy nos olvidamos de las tetonas Holstein, eternas compañeras de nuestras andanzas por tierras menos calientes. Tenemos diferentes especies de árboles, de vegetación y de flores. Vuelven los Gulungos, perdidos de nuestra vista por mucho tiempo,
Los letreros amablemente puestos por el Consorcio Montañitas, encargado de la construcción de los túneles que traen agua del embalse de Rio Grande, nos avisan que en la zona se encuentran el mono titi, iguanas, guaguas, y algunos patos silvestres que habitan en el Rio Grande, el cual nos encontraríamos más adelante.


Mire aquí, mire allá, converse aquí y converse allá. La dosis de bloqueador fue doble para evitar la “cantaleta quemada”. A Juanfer se le olvidó la gorra, por lo que se puso una pequeña toalla al mejor estilo de Tola. Y dicen a aparecer guayabos por doquier, con unos ejemplares con tamaño de peras, así que la primera dosis fue generosa en vitamina ce y uno que otro gusano en vitamina ese, gracias a la pericia que Josema y Luisfer tienen para esas lides de sacudir los palos y hacerlos “cantar”


Y crean, pero esa carretera tiene buen tránsito de vehículos y motos, no solamente por las obras de los túneles, sino porque también sirve como vía alternativa para llegar a los corregimientos de San Isidro y San Pablo y a la troncal que va para Santa Rosa de Osos, en cuyos predios políticos nos encontrábamos. En estos momentos llevamos como compañero al Rio Grande.


Antecitos de las doce llegamos al Caney, un pequeño poblado compuesto por su iglesita, la escuelita, dos o tres tiendas, la infaltable cantina y varias casas. Allí hicimos la primera y única parada de este primer tramo en la tienda de una amable señora, quien para deleite de los clientes le da de comer plátano a los pájaros, a quien ella llama “mis comensales”.


Continuado el viaje entramos a una carretera mas ancha, con un afirmado de piedra de cantera que hace mella en las plantas de los pies, un calor que supera los 30 grados y algunas obras complementarias a la hidroeléctrica en construcción. Un nuevo puente desplaza al colgante que se resiste a entregar los tenis. Mas adelante aparece un asustador derrumbe que por fortuna pasamos sin la algarabía de Juanfer para evitar que se desprenda alguna de las enormes rocas que amenazan con venirse de bruces. Como era la hora de salida, nos encontramos con varios grupos del personal que trabaja para el consorcio, todos ellos muy amables. A estas alturas el guandolo, la piña, las mandarinas y las granadillas conformaban la nueva dieta que estricta y “voluntariamente” hoy si estábamos guardando.


A las 12 y 45 izamos cayados en uno de los dos túneles, de 5 metros de diámetro, dotado con una carrilera de bombillos y un ducto que lleva aire al interior. Por este y el otro túnel bajará agua del embalse de Rio Grande, la cual será aprovechada para mover las turbinas generadoras de energía. Luego de las fotos de rigor y de hablar con uno de los operarios, nos dispusimos para el regreso al puente Gabino, que entre otras, está mas acabado, vetusto, pasado y devaluado que el tal comandante aquel con el mismo nombre.


A los cien metros de haber arrancado sonó el celular de Carlos, era la Conejita que llevaba varios intentos para comunicarse con el fin de darnos el saludo de rigor y el parte de presencia en la caminata como hincha fiel del grupo. Uno a uno fuimos desfilando por el celular de Carlos para dejárselo mas suda´o que camiseta de cotero


De nuevo en el Caney volvimos a entrar a la tienda de la señora, para ser testigos de que los pájaros llevaban consumido más de la mitad del plátano y que la Pilsen de aquellos estaba aún más helada. Juanfer y el suscrito tomamos limonada de la casa.


La misma dosis de tres horas fueron suficientes para el regreso, matizado por nuevas flores, por el vuelo de las garzas y los patos que encuentran en el rio Grande y su vega el hábitat propicio, por el dolor en mi pie que se va acrecentando, por buenas noticias que se dan bajo la complicidad del paisaje y el silencio del rio, por las reservas de guandolo que alcanzaron hasta los últimos pasos.

Al filo de las 4 de la tarde el maltrecho puente con sus huecos nos permitió el paso sobre el rio Porce, para quedar en la carretera que lleva por un lado a Yolombo y demás pueblos del Nordeste, y por el otro a Carolina, Gómez Plata y Guadalupe. Como los restaurantes estaban a 20 minutos a pie, y yo con mis dolencias no era capaz de seguir ni a Ana Sofía Henao en bikini, optamos por esperar la primera buseta que pasara. Mientras tanto hicimos ochas y panochas con los paquetes de galletas que había comprado Juanfer a los vendedores aquellos, pues nos sirvieron de paliativo para la dieta obligada.


Estos puentes festivos siempre alteran el transporte. La primera buseta que venia de Carolina no nos llevó por falta de puestos, pero la segunda, de Coopetransa, que venia de Santa Rosa, vía San Isidro, y con muy pocos pasajeros, nos acogió cuales hijos pródigos. A buen paso iniciamos el viaje de regreso a Medellín. Al kilómetro se monta un peletero que comienza con el “buenas tardes señores pasajeros, en este momento les vengo ofreciendo…..” en este punto lo interrumpo y le digo: vea hermano, deje la carreta y traiga esas paletas pa´ ca. ¡Que delicia la de limón!

En algún sitio la buseta de Carolina, en la que no tuvimos cupo, estaba orillada en un reten militar, y todos los pasajeros haciendo fila, por lo que largamos la carcajada diciendo “miralos donde están”.


Pasadas las 6 de la tarde y en medio de un hermoso atardecer, llegamos a Niquia para tomar el metro, sudados, hambreados y cojeando (yo) pero güetes por haber reverdecido las gestas camineras de los Todo Terreno y por la estruendosa buena noticia que les di a mis compañeros bajo el silencio cómplice del rio Porce, “Señores, vamos a ser ABUELOS, nuestra hija Lina será mamá y nuestro hijo Kirk será papá”

Gracias a Dios por tantas alegrías juntas

Hasta la próxima

Jorge Iván Londoño Maya





10 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente crónica AbueLobato. De nuevo felicitaciones por tu nuevo nieto, extensivas a Marta y a los futuros papás. La crónica te quedó, como siempre, excelente. Espero que un día cualquiera, tus nietos (serán muchos) leerán y disfrutaran de tus crónicas acompañadas de vídeos y de fotos; todo un lujo para contar historias de abuelos caminantes.
Olaya

Anónimo dijo...

Queridos TragaTerrenos: ¡Cuántas alegrías juntas! La abuelopotestad bien ganada por Jorgeí y Marta nos llena el corazón. El verlo juntos a los cinco, sin que falte ninguno y sin pegados. La belleza de esa tierra de Porce tan llena de historias y tradiciones paisas. Esta crónica de rechupete. Quedé más cabriado que cuatro con lo de esos túneles para traer agua y producir energía, ni veniales tengo. Gracias por compartirlo. Luis

Anónimo dijo...

¡Excelente crónica Lobato! Ella survió de ma5rco angelical para informarnos sobre la llegada de tu nieto, cuyos llantos y mimos ya empiezan a repicar en el futuro viejo de tus aspiraciones de abuelo. El amor perfecto a veces no viene hasta el primer nieto, ese tesoro que nos guarda la vida y ese premio que nos concede Dios por llegar a viejos.

Anónimo dijo...

¡Excelente crónica Lobato! Ella survió de ma5rco angelical para informarnos sobre la llegada de tu nieto, cuyos llantos y mimos ya empiezan a repicar en el futuro viejo de tus aspiraciones de abuelo. El amor perfecto a veces no viene hasta el primer nieto, ese tesoro que nos guarda la vida y ese premio que nos concede Dios por llegar a viejos.

Anónimo dijo...

Y ahora como empiezo...Abuelito Lobato, como siempre luciendote cuando llega el turno de regalarnos una cronica.
Tiempo hubo que transcurrir y volver a disfrutar de mis cinco caminantes juntitos, seguro que tambien los reclamaban los caminos.
Una linda cronica y especialmente adornada con tan hermosa noticia de que seran abuelos, felicitaciones mil e igual para los futuros padres.

Conejita.

Anónimo dijo...

Lobato,sí algo te caracteriza es esa variedad temática y el buen estilo para narrar las cosas,ésta crónica,es una buena lectura.
Lobato,los nietos son la recompensa de DIOS por llegar a esta edad.Son una maravilla.Felicitaciones ABUELO.
RUMU

JuanCé dijo...

Amigos TTT.TT.T:
Deliciosa crónica; es como si la caminada hubiera sido una vuelta al pareuqe, pero se sabe el esfuerzo que tuvieron; además de dieta...
Excelente forma de msotrar un paseo. Cuando hagan una cortica, me les pego: sugiero de Ed. la Bastilla, hasta el Ed. Coltejer.

Anónimo dijo...

Agosto 21. Los T. T. reducidos a dos, hicimos una caminata citadina y de seishora spor Medellín, saliemdo del Parque de Berrio. Definitivamente nuestra ciudad es hermosa, acogedora, pujante y toda una verraquera para vivir y vivirla. No hay crónica ni fotos, sólo el deber cumplido.
Jealbo

Anónimo dijo...

Por aqui repasando cronica, es que como de lo bueno se vale repetir, o no? Y de paso me encuentro este comentario de Juanfer.

Pero como dicen por ahi mi querido Juanfer: Lo bailao nadie nos lo quita! Entonces, ese disfrute junto a Zuluaguita recorriendo nuestra bella ciudad les alimento mas el corazon que un chicharron de dos carriles, ademas de que en la memoria fotografica tambien quedan hermosamente enmarcados los paisajes.
Justo el sabado y a eso de las 8 pasadas de la manana recibi un mensaje tuyo y deduje que no habian salido a caminar, les hubiera pegado una timbradita, pero que le hacemos pues, sera para la proxima.

Se les quiere mis queridos caminantes.

Conejita.

Anónimo dijo...

Por aqui brujiando y ver si me pillaba la cronica de Juanfer dedicada a la dulce caminata del sabado pasado. Mientras tanto sera irme tomando esta aguapanelita.

Conejita.