Caminata San Vicente Ferrer - Rionegro

CAMINANTES: LUIS FERNANDO ZULUAGA Z. JORGE IVAN LONDOÑO M. Y JUAN FERNANDO ECHEVERRI C.

BELLEZA Y TRADICION PARA SALUDAR UN EMBAJADOR Y UN CAMPEON

La mañana veraniega tendía un manto tímido y blancuzco sobre los rojizos techos de la ciudad, nuestras montañas se quitaban su cobija de niebla, mientras un caminante solitario abordaba el Metro de Medellín, para encontrarse con sus compañeros de andanzas, en la Estación Caribe del mismo. Efectivamente, a la hora acordada, 6:50 a. m, los tres caminantes dijeron presente y dirigiendo morrales, cayados y pasos acumulados a la terminal de Transportes Mariano Ospina Pérez, adquirimos tiquetes para dirigirnos al municipio de San Vicente, pueblo de tradición y pujanza , del cual se puede obtener mayor información en pasadas crónicas contenidas en este blog.


Estaba bastante temprano, por lo cual, los tres amigos y caminantes, con la ausencia obligada del resto del grupo, procedimos a hacer un recorrido por la remozada Terminal, la cual sencilla y llanamente quedó hermosa y muy moderna, tanto que parece un amable aeropuerto, para pinche de los paisas y medellinenses.


Ahí aprovechamos uno de los muy bien organizados negocios de comidas rápidas con que cuenta la pinchada terminal, como para echarle alguna cosita a las ayunas y luego procedimos a pasar a las puertas de abordaje y los parqueaderos de carreteo, donde nos esperaba una moderna buseta de Expreso San Vicente, esa que prácticamente llena y portando su preciosa carga “dromómana”, arrancó rauda hacia el oriente antioqueño, devorando la “autopista Medellín Bogotá”, la cual muestra aún los desastres y daños dejados por el invierno, que “temporalmente” nos acaba de dejar.

A una velocidad sostenida entre 74 y 80 kilómetros por hora, sin recibir vendedores de confiticos, escapularios, cremas, galletas, ni hacer paradas piratas para recoger el “cocao”, estábamos en una hora y tres minutos ingresando al faldudo municipio de San Vicente Ferrer.

Sin tiempo que perder nos apeamos en el parque de la localidad y bajo la mirada curiosa de algunos parroquianos y el natural huir de algunos canes que se cruzaban a nuestros pasos al ver nuestros cayados, ingresamos al templo (el cual tiene su reloj funcionando perfectamente como cosa rara) donde Zuluaga puso a trabajar su cámara y todo el equipo, poníamos a funcionar nuestras cortas pero efectivas oraciones al Altísimo.

Medianamente santificados, pero con las embolatadas ayunas torturando nuestros estómagos, corrimos al Restaurante El Paisa, donde atendidos por “La Mona”, dimos cuenta, sin derecho a ser escuchados en su defensa, de un trío de desayunos que… mejor dicho…sufran.-

Barriga llena, corazón contento, cayados a discreción y preparados para la acción, iniciamos nuestro recorrido siendo las 9:20 am. rumbo a Belén para buscar llegar al Señorial e Histórico Municipio de Rionegro (Tierra de mis mayores), no sin antes haber cruzado frente al nada bonito monumento a José María Córdova allí en San Vicente, con su pedestal pintado con los colores del tricolor nacional y descolgándonos por unas cuestas imposibles, denominadas calles y en las que se rueda “un gato herrado”, dignos recuerdos de esos hombre de antes, que hicieron Patria y tejieron futuro, amansando el paisaje y doblegando la montaña.

Por fin, ya en tierrita más llana y acompañados por la quebrada La Salada, y luego de haber dejado atrás la muy modesta cancha de fútbol del Municipio, pero el hermoso y encopetado Hospital San Vicente Ferrer, le apuntamos al horizonte como queriendo anticipar nuestra llegada.


El sol no se despegaba de nuestras espaldas, la quebrada le ponía ritmo a nuestros pasos, el camino empedrado recibía nuestra aprobación hasta que allá cerca de un puentecillo, las aguas del Rionegro, recibían las aguas de la Salada.

Una cuesta con casitas campesinas a lado y lado, algunas aves, los campesinos que no niegan su saludo, flores y un paisaje primaveral, nos fueron acompañando entre los meandros del Rionegro, que unas veces iba y otras venía, como intentando engañar a los caminantes.


En medio de pinares, eucaliptos, sembrados de maíz, fresas, fríjoles, coles y otras verduras, no parábamos de hablar, o al menos Zuluaga y Londoño, quienes se pusieron de acuerdo y escasamente me dejaron modular, por lo cual me limité a gozar silencioso la belleza del paisaje; silencio que se interrumpía cuando me ponían a posar para las fotos.


El camino a medida que avanzábamos se tornaba más pedregoso, el sol más inclemente y el paisaje semi repetido más hermoso, adornado con pequeños lotes de ganado lechero, la fresa, la mora, la papa, el fríjol y esas casitas campesinas que dejan escapar ese olor a almuerzo bien surtido, humo, leña, humildad y el Ave María, entonado por Jorge Iván a las 11:57 am. mientras en nuestro interior recordábamos a su padre fallecido y embajador de Los Caminantes Todo Terreno, Don Gustavo Londoño Londoño, quien en vida, siempre elogió y había demostrado sus preferencias por la ruta elegida.

Un conocido pero poco grato ruido interrumpió la paz del camino. Era el celular (léase celubobo) de Zuluaga, quien acudió a responder la llamada de nuestra Caminante Honoraria e hincha número uno de los T. T. y quien desde New Jersey siempre se manifiesta y hoy lo hacía en tripartita con Alberto Sánchez “El Kurdo”.

Con ellos conversaron un momento mis queridos compañeros y luego me los pasaron, pero parece hubo problemas de señal, sólo se escuchaban ruidos, los cuales sumados al Rionegro que bajaba crecido…imposible comunicación. Me colgaron.

Granadillas, piña oro, limonada, jugo de maracuyá y bocadillo veleño, adobaron nuestros pasos, siempre acompañados por el Rionegro, pero atormentados por el tallar de las piedras del camino en las plantas de los pies de Zuluaga y Londoño, no de las mías, ya que me fui “estrenando” botas obreras de trabajo pesado, con puntera de hierro, de la marca “hasta que la muerte nos separe” las que se ríen ante piedras y guijarros, pero que eso sí, pesan como tres kilos cada una.

Con paso de vencedor el suscrito y de “gallinazos sobre lata caliente” mis compañeros, ingresamos a la vereda Las Hojas, donde arrimamos a un local en construcción para tomar algún refresco. Allí una gente, del más puro y rancio aroma campesino, nos atendió muy amablemente.


De repente uno de los presentes al ver mi camiseta de Colombia ES Pasión, dijo: Ellos eran el patrocinador de mi hijo. ¿Quién es su hijo? Preguntó Zuluaga…y la respuesta fue: Sergio Luis Henao…A lo cual y a un solo golpe de voz y como puestos de acuerdo, los tres caminantes exclamamos: ¿No nos diga que usted es el papá de nuestro flamante campeón de la vuelta a Colombia?...Lo soy dijo el campesino orgulloso, e inmediatamente nos le abalanzamos encima a darle la mano, abrazarlo y felicitarlo, además de dos sonoros picos que dejó el Londoño sobre la cabeza del feliz padre y posar con él para algunas fotos.

Hombre, si Sergio Luis Henao, es el futuro del ciclismo paisa, él recuperó nuestro orgullo y espere que llegue a Europa. Nos sentamos a escuchar historias y detalles de Sergio Luis, contadas por su padre, quien además nos presentó a su pequeña y bonita hija Dayana, quien daba vueltas a nuestro alrededor en una bicicleta de esas paleteras.

Don Omar Henao, es decir el papá de nuestro flamante campeón, nos mostró donde vivían y le dijo a Dayana, que nos llevara a su casa para que nos mostrara todos los trofeos y cosas de Sergio Luis, quien había salido desde por la mañana con sus primos, también ciclistas y de gran futuro, a entrenar por aquellas breñas y que no bebía demorar.


Ni cortos ni perezosos salimos con la niña para la casa, la cual no distaba de allí más de cincuenta metros. Una bonita casita, con su terrenito, sus jardines, un ternero embalsamado y la presencia de Doña Cecilia, la madre de Sergio Luis, quien muy amablemente nos recibió y nos mandó a entrar.


Que belleza de casa, , que aseo, que orden, que gusto y que calor de hogar el que se sentía. La orgullosa madre, nos hizo subir al segundo piso y allí en la alcoba de Sergio Luis, nos mostró la cantidad de trofeos que ha logrado nuestro crédito del ciclismo, pese a su juventud, descollando el de la Vuelta a Colombia versión 2010 ahí sobre el nochero y en un pequeño cuarto contiguo, también con trofeos, sobresalía uno ganado en Venezuela, inmenso…y para el que creo le tocó pagar flete aparte a nuestro campeón para traerlo.

Escuchamos emocionados al ritmo de la cámara de Zuluaga, las historias y anécdotas de Doña Cecilia sobre su brillante muchacho, del que nos dijo: “debe estar que llega, ya que salió en una todo terreno esta mañana a entrenar…. Hasta creo se lo van a topar en el camino”.

Doña Cecilia comentó “que el ciclismo no le ha dado mucho a su hijo, pero que él vive enamorado de su deporte y que seguirá corriendo ahora con el Orgullo Paisa. Que Rionegro lo ha apoyado más que San Vicente, donde ni un casco le quisieron dar”. Debo hacer claridad, que la casa de Sergio Luis, se ubica en la vereda Las Hoja de San Vicente, lindando con la vereda Ríoabajo de Rionegro, es decir, casi pertenece a ambos municipios.


Botados en elogios, felicitaciones y agradecimientos para con la joven y muy orgullosa Madre, nos despedimos los Todo Terreno y luego de haber andado como unos cuarenta minutos, preciso, pasaron raudos por nuestro lado dos ciclistas, a lo cual Londoño cayado en alto salió a perseguirlos al grito de “!Campeón, Sergio! Pararon sus máquinas los dos muchachos e inmediatamente se devolvieron humildemente hacia nosotros. Sí, eran Sergio Luis y su primo Julián Henao, otro figuronón, que acaba de triunfar en Venezuela.

Compartimos un rato con ellos, nos tomamos algunas visticas y seguimos nuestros pasos, rumbo al corregimiento Belén, antecedido por el muy bonito caserío de Galicia.- Bonita la caminata y sofocante, máxime el calor. En el camino fuimos dejando SOS Amparo de Niños, hermosa y plausible fundación Suiza a favor de niños huérfanos.

La escena humana de la jornada, fue haber conocido una anciana monjita de “Las Capuchinas”, quien prácticamente retirada de la comunidad, vive en una finca que está para la venta, con 25 perritos que ha recogido de la calle o se los han llevado y quien a pesar de su pobreza, los cuida y mantiene como si fueran “sus hijos”, con la escasa ayuda que los vecinos, caminantes y personas que pasan por el lugar le ofrecen…Eso es lo que se llama una verdadera “pobreza de espíritu”, esa de que trata el Sermón de la Montaña y que nos fue recordado en el Evangelio del pasado domingo.


Poco a poco nos acercábamos a la Señorial e Histórica ciudad de Rionegro, esa que hace rato usa pantalón largo, engalanada con industria pesada de primera clase a lado y lado de la autopista, allí donde fuimos abordados por una hermosa niña en una “motoneta” que llamábamos otrora, quien nos ofreció flanes y gelatinas que ella misma fabrica a $1.000.00 el vaso. Personalmente le compré un delicioso flan, pero mis compañeros se abstuvieron de hacerlo, temerosos de un envenenamiento o una gastroenteritis.


Larguita la caminata. Ya estábamos sobre las seis horas y eso que habíamos dado buena manija. Poco a poco fueron apareciendo los primeros negocios, las primeras viviendas, las bonitas urbanizaciones y el histórico casco urbano de Rionegro, donde felices y con la meta cumplida, salimos a buscar el Restaurante El PAISA, donde atendidos de mil maravillas y conmovidos con el caminado de mis “socios” de andanza, nos sirvieron las viandas pedidas, deliciosas, las cuales no dieron un brinco ante el artero ataque de los tragones.

Hora de volver a casa. Tomamos una buseta de transportes Chachafruto, la cual en algo así como una hora y cinco minutos, nos descargó en la estación universidad, donde abordando nuestro querido quinceañero (léase Metro), nos dirigimos a nuestras residencias a descansar, compartir con las familias y pensar en la próxima caminata, con el Superior Permiso.
Cordial saludo a todos

JUAN FERNANDO ECHEVERRI CALLE
LOS CAMINANTES TODO TERRENO – Medellín enero 29,2011

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Juanfer, a cronica pa sobrada la que nos regalas, casi que le queda faltando espacio para narrarla, creo y no te quedo faltando nadita por contarnos.

Lindos los paisajes y sus gentes, ademas de que le pudieron hacer honor al nuestro ganador de la vuelta a Colombia, Sergio Luis Henao, muchacho humilde y enamorado de su deporte y su patria, un recuerdo muy bonito para ustedes de esta caminata.

Linda la gente humilde de nuestra tierra, la cual la ha hecho mas grande con su lucha diaria por sobrevivir.

Muy hermoso el detalle de llevar a Don Gustavo siempre presente en las caminatas, en especial en esta, pues le gustaba ese lindo recorrido. Segurito y se la disfruto como todos nosotros.

La llamadita fue con todo carino, nuestro Kurdo me llamo, para luego sorprenderme con el enlace con nuestros TT.

Es un lujo leerte, asi que ni pienses nunca en no volverlo a hacer.

Zuluaguita, definitivamente te graduaste hace rato con esto de las visticas, maravillosas.

Mis queridos Todo Terreno, gracias por llevarnos a recorrer los caminos de nuestra amada tierrita.

Dios me los bendiga, y la Milagrosita siempre me los apapache.

Los quiero mucho.

Conejita TT.

Elbacé Restrepo dijo...

Me encantó la crónica de Juanfer, y por ser al autor le perdono la mentira que nos metió por allá al principio. ¡Que dizque no habló! Eso, a mí, me lo tienen que comprobar.
Maravilloso el encuentro con Sergio Luis y su familia, con la monjita y con la vendedora de flanes.
Todo estuvo muy rico, hasta el almuerzo. ¡Felicitaciones!

Jorge Iván dijo...

Una crónica de todo el maíz y una caminata a pura biela. Gracias Juanfer por resaltar a mi adorado Mister y a nuestro Embajador vitalicio. El pedido de Elbacé de comprobar tu silencio si habrá forma de hacerlo pero cuando nos déjes hablar...jajajaja

Luis Fernando Múnera L. dijo...

Amigos Todo Terreno:

Ustedes se han convertido en emblemas andantes de nuestra tierra, reconocidos por propios y extraños como promotores del encuentro permanente con la cultura, la gente, los pueblos, los paisajes.

Muy bonitos en esta crónica de Juanfer la descripción del pueblo de San Vicente y la urbe incipiente de Rionegro. Muy bonito el encuentro con Sergio Luis y Julián y la reseña de los valores humanos de la familia y estos muchachos.

Muy lindas las descripciones de la caminata junto al río Negro cuando se dirigían hacia Rionegro.

Gracias por este nuevo regalo

Luismú

Anónimo dijo...

Siempre espero lo mejor de las caminatas y hoy nos dieron un recorrido placentero por esas bellas tierras antioqueñas,hasta nos dejáste la mesa limpia Juafer.
RUMU

Anónimo dijo...

Maravillosa crónica y suculento almuerzo bien merecido. Felicitaciones al escritor y a sus compañeros de parte de una admiradora.