Caminata Belén la Palma - Corregimiento Altavista

Fecha: 3 de noviembre de 2007

Integrantes: Luis Fernando Zuluaga Zuluaga (Melitón Zuluaga)
Jorge Iván Londoño Maya (El Lobato) y Juan Fernando Echeverri Calle (Juanfer)

Nombre: Ciudad, Campo, Naturaleza e Historia.

Como “no hay plazo que no se cumpla ni antojo que no se calme”, por fin hoy 3 de noviembre, los caminantes Todo Terreno quisimos hacer la caminada desde El supermercado El Consumo, en la carrera 80-81, hasta el Corregimiento de Altavista, el último de los cinco con que cuenta la Ciudad de Medellín que nos faltaba por visitar.

Siendo las 7:20 a. m. el Lobato y Juanfer arrancamos desde la iglesia de La América (Nuestra Señora de los Dolores) en medio de una mañana fría y medio opaca, con amenaza de lluvia, como por varia en esta época. Enrutamos nuestros cayados rumbo a la Carrera 80-81 con la Calle 27, donde nos encontraríamos con Melitón Zuluaga, quien muy cumplidito como siempre, se encontraba sentado en las escalas del Supermercado El Consumo, leyendo El Colombiano y la consabida “pedrada” de cada sábado, contra la administración municipal..............

Luego de nuestro saludo de rigor y comentarios del caso, iniciamos nuestra marcha por la vía que conduce hacia el cerro de las tres cruces, pero desviándonos hacia la ruta de los buses de Belén Altavista, la cual desde el primer paso, se inclina en forma ascendente, mostrando desde el desayuno lo que sería la trepada.

Y si señores y señoras (como dicen los políticos) por una calleja angosta, con unos andenes microscópicos y haciéndole toda clase de quites, manoletinas, chicuelinas, naturales, gaoneras, lagartijas, forzados de pecho, cacerinas, portagayolas, trincherazos, estatuarios y ¡corran que nos pisa!!!!, debido a los buses de Belén que bajan con frecuencia a altas velocidades, conducidos por locos o sicópatas, quienes parece que fueran “para el matrimonio de sus mamás”, fuimos subiendo la empinada falda, bien pavimentada y rodeada de casitas humildes pero bien tenidas y amenizados nuestros pasos, con el saludo franco de los moradores del sector.

A medida que ascendíamos el clima se tornaba fresco, muy a la exigencia de la opaca mañana, no obstante lejos hacia el oriente, el sol medio escondido entre algunos nubarrones, de esos que no se habían acabado de desprender de la noche anterior, dejaba ver cierto brillo intenso, muy intenso, que también nos mostraba, que el calor sería fuerte.

Talleres, negocios de comida, alguna arborización, casitas humildes, buses y volquetas que suben y bajan, pantano en el pavimento debido a las lluvias de los últimos días, amas de casa barriendo y tirando manguera, perros callejeros, niños jugando en los costados de la vía, el paisaje de montaña que se va vislumbrando, con sus heridas coloradas en sus faldas debido a la presencia de tejares y ladrilleras, que abundan en el sector.

Pronto un aviso ubicado en lo alto de un poste, con sus letras interrumpidas por un brazo de higuerillo, nos mostraba que entrábamos al corregimiento de AltaVista y a un lado, medio incrustada entre su cauce, corría la quebrada del mismo nombre, la cual tanto daño hace en tiempos de invierno, cebada eso si, contra los más necesitados, ya que a los de arriba, a los poderosos, la naturaleza con su furia les pasa pero lejos, muy lejos.

“Aquí Están Invertidos Sus Impuestos” mostraba otra gran valla. Efectivamente, maquinaria y muchos hombres en la vía, parchando, repavimentando, haciendo obras de arte, desagües, muros de contención y mejoras a la carretera, la cual luego de una curva cerrada nos dejó ver otra gran valla:

CORREGIMIENTO DE ALTAVISTA -Medellín para adelante y sin reversa.
8 veredas.
Extensión 27.43 Km2
Temperatura Promedio: 21º C
Atracciones: El Alto de la Virgen – Camino prehispánico Buga – Camino de Herradura – La Casa de Gobierno –

Realmente El paisaje cambia bruscamente: La montaña más cerca deja ver las huellas de los tejares y ladrilleras, las casas se vuelven saltonas, abundan los pájaros, la arborización se incrementa, se ven algunos lotes de terreno donde se cuida algún ganado criollo o cruzado....y lo bonito del lugar se afea como contraste poco grato, con las bolsas de basura a lado y lado de la vía, ya que la gente inculta y poco cívica, las saca a cualquier hora y día sin mirar las consecuencias, lo cual se agrava con la demora, en algunas ocasiones, del carro recolector.

Así mismo, como una contaminación al paisaje de la vereda, pegan en nuestros ojos los afiches de propaganda política, debido a las elecciones que acabábamos de celebrar, entre los que predominan los del Cow Boy de los ojos verdes, ese que convencido de su triunfo y garantizando ser “el candidato del pueblo” sufrió la más justa y lógica derrota, gracias precisamente al voto maduro de ese pueblo que no vota “por quien le ordenan los partidos”, sino por los que su conciencia, su honestidad y su dignidad de ciudadanos, les señalen.

Subiendo, subiendo con paso exigido, aprovechamos para ingresar a un negocito ubicado a mano derecha de la vía, donde con buñuelos tibios y gaseosa, dimos un respirito a nuestro radiador, para encontrarnos a unos pocos metros, otra gran obra: “Colegio Alta Vista.” Una hermosa construcción diseminada en seis módulos de una arquitectura muy moderna y de avanzada, la cual albergará a los niños y jóvenes de la región, esos que requieren cultura y educación que hasta hace poco se les negaba, para que puedan soportar y llevar mañana sobre sus hombros, el desarrollo de Medellín, la cual tiene que seguir “adelante y sin reversa.”




COLEGIOS DE CALIDAD PARA
MEDELLIN



Volvimos a arrancar loma arriba y como a los veinte minutos, entramos a la cabecera del corregimiento Altavista, dominado por la iglesita de Jesús de Nazaret, la cual tenía sus puertas cerradas, rodeada de floridos jardines y la paz de su plazoleta en piedra muy bonita, donde se levanta en todo el centro una vieja planta de electricidad de fabricación alemana, la cual surtió de energía al corregimiento en sus inicios. Y al fondo, imponente, hermosa e increíble,....La Casa de Gobierno, blanca como la ropa campesina, bien tenida y digna de ser conocida. Todos estos bonitos detalles, fueron plasmados en la lente del gran Melitón Zuluaga, quien estaba más contento que un gato estrenando alfombra. Inclusive, hasta un agente de la Policía Nacional, de los que custodian la seguridad de nuestro corregimiento, en forma amable nos sirvió de fotógrafo “uniformado”, para captar al grupo completo.

Que belleza de corregimiento es Altavista. Parece un cuadro pintado por Dios al óleo y enmarcado entre montañas, lástima las basuras que abundan abajo a lado y lado de la vía, gracias a la acción anticívica y grosera de algunos habitantes, pocos por fortuna, que dañan el paisaje.

Encandilados por tanta hermosura, con un sol que se había quitado la ruana para empezar a azotar nuestras espaldas con sus rayos inclementes, iniciamos nuevamente el recorrido, hasta llegar a la vereda San Francisco, donde en un kiosco paramos a degustar papas rellenas caseras y gaseosa helada, para seguir nuevamente la marcha por ese constante y exigente ascenso que parecería no querer culminar.

El paisaje era más grato. Las montañas ya no mostraban las heridas de los tejares y ladrilleras, los bosques de pino se repetían por hectáreas inmensos, los pájaros dejaban escuchar su canto y la bravucona quebrada Altavista, era apenas una pequeña acequia de aguas limpias, que nos acompañaba a un lado del camino, el cual luego de un desvío y una gran batea en el piso, recubierta de piedra bien distribuida, nos mostró un camino, también finamente empedrado que se paraba bruscamente, era el camino de herradura o camino prehispánico Buga, en la vereda de su nombre; famoso por haber sido hecho por nuestros primeros habitantes, antes de la llegada de los “conquistadores” con su rapiña y conocido también como camino del conquistador, pues se cree que por éste arribó Jerónimo Luis Tejelo el 24 de Agosto de 1541, cuando descubrió el Valle del Aburrá comisionado por el Mariscal Jorge Robledo, uno de los pocos españoles buenas personas de los que arribaron a estas tierras; quien lo envió a inspeccionar el terreno.

Este camino, en gran parte tejido en piedra por nuestros aborígenes y muy bien conservado, es uno de los grandes atractivos del bello corregimiento y también es destino casi obligado de caminantes y dromómanos, ya que es una ruta muy propia para la caminería con destino a San Antonio de Prado, Heliconia o Armenia Mantequilla, además de cruzar por el Alto de la Virgen, nuestro destino final y el cual nos miraba desde muy arriba, mostrándonos su belleza y su verdor, tenuemente interrumpido, la presencia de neblina, algunas casitas campesinas, pequeños hatos de ganado de levante, los cuales también es posible ver abajo en la vera del camino. Atrás como abrigada en un poncho de niebla y contaminación, se alcanzaba a divisar a Medellín, hermosa, imponente y progresiva, enmarcada por esas montañas que la caracterizan y que no han permitido que al pueblo de la “dura cerviz”, le llegue en forma prematura, la “mariconcita” y delicada pereza o el facilismo que si ha sabido llegar a otras partes.

En medio de piedra, ascenso y pantano, tomamos el camino de Buga, rumbo al alto de la Virgen, “donde se dice, hace muchos años existió una aparición Mariana, motivo por el cual le fueron erigidos dos santuarios” muy bien cuidados y vigilados por los habitantes del sector, y que además son visitados por caminantes y creyentes que hacen allí sus romerías y promesas.

Definitivamente el crudo invierno había dejado su huella en el camino, el cual no obstante su firmeza y buena trama de la piedra, se veía liso y peligroso, lo cual obligaba a ser cuidadosos fin evitar una caída. Poco a poco y en forma exigente, fuimos superando el difícil terreno, bordeado a tramos por casitas, con sus amplios corredores, donde retozaban esos viejos de ayer o los niños de hoy, dando un contraste amable al paso de los caminantes, que no dejaban de llamar su atención, la cual sellaban con su saludo.

Que verdor, que bosques de pino, siete cueros, dragos, robles, chaparros y otras especies que hacen amable el paisaje, el cual cobra vida en los arroyos que bajan por los barrancos, esos que poco a poco alimentan el cauce de la quebrada Altavista, la cual nace arriba, pero que ya en el lugar donde nos encontramos, es apenas un cristalino y espumoso chorrito, que se cruza de un solo paso.

Es bueno destacar la labor y la presencia de Corantioquia en el lugar, con sus campañas de arborización, conservación de bosques nativos, flora, fauna y aguas, cuyos resultados poco a poco se van viendo haciendo del lugar un paseo muy propio para caminantes, un santuario ecológico y un rincón para rendirle culto a la naturaleza, esa que ya casi nadie contacta ni aprecia, ya que el gusto de la gente se volvió tan duro e insípido como los ladrillos que los encierran allá abajo en la gran ciudad. Que sirvan estas sencillas líneas, para invitar a los antioqueños y colombianos a que visiten estos hermosos lugares, tan cerca y tan lejos de nosotros, recordándoles que “no conoce más el que más viaja, sino el que más observa.”

Que cosa tan jodida era aquel camino. Se empinaba más que el precio internacional de los crudos, exigiendo a los caminantes, quienes nos quejábamos de la dureza del terreno, agravada por la gran cantidad de pantano; sin pensar que la gente que allí habita, tiene que subir su mercado cada semana a pié y en pesados bultos, que quiebran y doblan sus espaldas, pero no sus espíritus, ya que en ellos todavía queda mucho de esa “raza paisa”, que se niega a morir y la cual fue motivo de inspiración de grandes escritores, estudiosos y gobernantes, desde la misma época de la colonia, hasta hoy.

“Siquiera se murieron los abuelos /sin ver como se mellan los perfiles. Siquiera se murieron los abuelos / sin ver como afemina la molicie.”

Mientras más avanzábamos, mas húmedo el terreno, mas enterradas y pérdidas las piedras y grandes y lisos canalones se abrían a nuestros pies, lo cual nos obligaba a hacer casi equilibrio, para poder avanzar. Arriba ya se divisaba el primer santuario, las casitas mermaban su presencia y atrás allá abajo, la ciudad impávida, descubriendo su cara de ese manto de niebla y “smog” que antes la cubría y se dejaba ver coqueta, aferrada a los brazos de la cordillera que la encierran. Arriba y casi en su cenit del medio día, el sol quemaba, quemaba con sus rayos de invierno y a lo lejos, hacia el sur y el oriente, negros nubarrones se apoderaban poco a poco de la fina línea que sobre el azul del cielo, demarcaban nuestras bellas montañas.

De pronto, “como el roce de un ala sobre el viento”, el Lobato dijo: Hasta aquí llego. Sigan ustedes, ya que el piso presentaba condiciones difíciles y peligrosas. Luego de muchos ruegos, para que siguiera con nosotros; dejamos al Lobato en un recodo del camino, cerca de una casita, con provisión de agua y con “La Milagrosa” de compañía, para seguir el Melitón Zuluaga y Juanfer, la marcha rumbo al santuario de la Virgen; el cual calculábamos podría estar a unos treinta minutos de camino, pero camino duro y peligroso, ya que a estas alturas de la vida “viejo caído, es viejo perdido” y es bueno tener precauciones.

Lentamente, lentamente, como en un poema de Silva o como en “El “Borracho”, pero sin muro donde recostarnos, fuimos ganando altura sobre el complicado camino, que ni para mulas, hasta llegar a una casita donde nos esperaba “dizque” el descansadero el Rancho, donde fuimos atendidos por una niña muy hermosa, la que no superaba los diez años de edad, quien nos vendió gaseosa helada, al tiempo que su abuela, nos indicaba la mejor ruta para llegar a los santuarios.-

Refrescados nuestros cuerpos y gargantas, esperanzados de espíritu y apenados con el Lobato, quien se había quedado abajo, con la “Milagrosa”, que es malita pa’ botar corriente, continuamos la difícil marcha en tremendo pantanero, aprovechando las piedras que aún se veían en el camino, hasta que por fin y luego de tomar un recodo a mano izquierda y por un sendero de tierra amarilla, “más liso que un corroncho enjabonado”, llegamos al primer santuario. Digo “primer” ya que aún nos quedaba otro por visitar, el cual se ubica más arriba a unos veinte minutos de camino, pero acordamos no ir, para no demorar mucho al Lobato, quien allá en su soledad, ya debía haber rezado por lo menos seis rosarios y los mil Jesúses por lo menos diez veces.

En próximas caminatas, que hoy dejamos bien guardadas en los bolsillos secretos de nuestros “guarnieles”, ya tendremos tiempo de ir al segundo santuario, de paso para Heliconia o para cualquier parte de este mundo...........

Con nuestro último esfuerzo y superado el terreno difícil en sus últimos metros, llegamos a nuestra meta, sin recibimiento con bandera a cuadros ni nada por el estilo. Simplemente con la mirada dulce de la Virgen, quien desde adentro y en un bonito lugar, encerrado entre pinos delicadamente podados, luego de una reja se ve el santuario hecho en material, defendido por una reja abierta, adentro se observa un cuadro con una hermosa imagen de la Virgen de la Paz y a los lados colgando las macetas en flor. Igualmente se pueden ver veladoras, floreros y múltiples plaquitas de mármol, cerámica y acrílico, que dejan los peregrinos y fieles agradecidos a la Madre de Dios, por los favores recibidos. un lado, una gran cruz de hoja lata, la cual fue testigo de nuestra plegaria.

Cumplida nuestra visita, devolvimos nuestros pasos, no sin antes admirar tanta belleza, que gratuitamente se ofrecía a nuestros ojos: Las montañas verdes, cubiertas de pinos y bosques, interrumpida por algunas nubecillas de niebla y punticos blancos que caminan, casitas casi imperceptibles y en lo alto, el cielo azul hacia el norte y occidente, pero oscuro hacia oriente y el sur......presagiando lluvia, lo cual se confirmaba con ese calor sofocante que el sol descargaba sobre nosotros.

Poco a poco y con paso seguro, fuimos bajando por ese camino liso e imposible, devolviendo nuestros pasos hasta que luego de un buen rato y de pasos dudosos, encontramos al Lobato, parado en el mismo punto donde lo habíamos dejado. No se había movido un metro. No le faltaba sino voliarnos la cola cuando nos vio, y así, reunidos nuevamente los tres amigos caminantes, arrancamos sobre nuestros pasos, rumbo a Medellín, la cual siempre al frente se dejaba ver, parcialmente..... hermosa y pujante.

El mismo paisaje de la subida, los mismos negocios, los niños jugando, los ancianos en sus corredores rumiando recuerdos, los trabajadores que regresaban a casa luego de su jornada sabatina, el mismo sol sobre nuestras espaldas, el mismo cielo pero con diferentes nubes, la misma esperanza y ahí, cerca de la iglesia blanca y de puertas cerradas, nos llegó una canción del grupo Suramérica, la cual brotaba de algún equipo de sonido de uno de los negocios en la vera del camino:

“.....pero siempre hay borrachos con babas / que le recuerdan quien fue / el más joven maestro al piano / vencido por una mujer.....”

Contrastes hermosos a cuarenta minutos del centro de Medellín, lástima que poco recorridos, poco conocidos y poco apreciados. Esa es la verdadera caminería, aquella que encierra ese turismo ecológico, capaz de vibrar con un nido de arrieras, con una mariposa, con el barro del camino, el árbol que se muere, el que crece o el bosque que se quema y duele, como duelen las aguas contaminadas y las basuras que indolentemente se acumulan en la vía que lleva a este paraíso.

Contentos por el deber cumplido y experiencias acumuladas, muy pronto estábamos en las goteras de Medellín. No obstante, paramos antes de abandonar el corregimiento de Altavista para visitar “La Casa Colombia”, una hermosa y muy antigua casona, que fue comprada por el Municipio de Medellín y que hoy está en plena restauración, para ser utilizada como biblioteca, escuela y centro lúdico para la región.

Así mismo, desviamos nuestros pasos, hasta la Terminal de los buses, para visitar y conocer el Centro de Albergue Animal –LA PERLA- obra de la actual Administración y donde se recogen aquellas mascotas abandonadas a su suerte por esos amos indolentes, más animales que sus mismas mascoticas despreciadas y donde como reyes viven unos cuatrocientos gatos y perros “a todo timbal”, a la espera de ser adoptados por una persona generosa, que lo sepa querer y dar afecto en su propio hogar. Es que definitivamente la Administración Fajardo, también tiene corazón y empuje para velar por los animales.

Deshechos nuestros pasos bajo un calor infernal, no obstante los negros nubarrones que crecían en el horizonte, y con las botas nuevamente limpias gracias al generoso chorro que nos encontramos en la Terminal de buses, llegamos por fin al Supermercado El Consumo, en la carrera 80-81, desde donde habíamos partido cinco horas y treinta y cinco minutos antes; para ingresar presurosos al citado establecimiento y buscando el restaurante nos sentamos a manteles o mejor a “inoxidables” por el material de las mesas, donde luego de haber hecho nuestros pedidos, nos sirvieron trío de sopa de fríjoles con salchichas, y bandejas con carne a la gulash, sumergida en una salsa deliciosa, acompañada de su buena porción de arroz, papitas, ensalada excelente y fresca, tajada de plátano, arepa redonda y tremendo vaso de jugo helado de piñas, como para llenar de envidia los mismos dioses.

En esta oportunidad y muy a conciencia, no hubo vistica de las panorámicas de nuestro almuerzo, para dejar a la imaginación de los lectores, si de pronto y por casualidad aparece alguno, la imagen virtual de tan deliciosos platos, que si bien no son abundantes en cantidad, si son sobrados de lote en calidad, prueba de ello, que ni los tuvieron que lavar.

Dando cuenta de estos apetitosos platos, los cuales desaparecieron, como desapareció el Cow Boy de los ojos verdes, luego de conocidos los resultados de las elecciones para alcalde, buscamos la salida del Consumo, donde el Melitón Zuluaga tomó inmediatamente un taxi que lo llevaría a su residencia en el Poblado, mientras que el Lobato y Juanfer, continuamos nuestra marcha, como una encimita a nuestra no concluida caminata, mientras comentábamos nuestras experiencias y revolvíamos carreta, ya que para voliar lengua, nos dicen los “bobos”.

Igualmente nos lamentábamos de la caminata que se perdió nuestro caminante el “cuñita” Carlos A. Olaya B. (Polaroid), por esas cositas “dizque” de tipo laboral.

Hasta la próxima y no olviden visitar nuestro blog y dejar sus mensajitos,

Juan Fernando Echeverri Calle (Juanfer)

Los Caminantes Todo Terreno

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Protesto!!! sin fotos de la comida no se vale. Muy buena la crónica, Juanfer, felicitaciones. Me encanta que describan con tanta pasión lo que con tanta pasión salen a recorrer, más bien a re.-caminar. Lástima que el lobato ya no aguante...

Cuando se les ocurra la más cortica de todas me invitan, por fa.

Un saludo,

Anónimo dijo...

Como siempre,es grato leer las crónicas de los "caminantes",que por su objetividad y descripción pasan dejando huellas por los senderos antioqueños y sin disminuir los jocosos apuntes en el camino.Creo que las viandas no satisfacieron, en esta oportunidad, a nuestra encantadora escritora elbacé restrepo.
RUMU

Jorge Iván dijo...

Yo también protesto, como así que el lobato ya no aguanta, que no se quiso embarrar las botas por miedo al regaño en la casa...es otra cosa. No tomamos fotos del almuerzo porque que pena, uno en pleno Consumo, tomandole un poncherazo a un corrientazo en vandeja de icopor, eso si...estaba muy bueno.
Felicitaciones a Juanfer por esa maravillosa crónica, uno la lee y queda sudando, tal como sudamos con ese mono pendicandela a cuestas.
Tranquila Elbacé que vamos a hacer una caminata especial para vos, entre la estación san Javier y una venta de tamales que hay como a tres cuadras. Con esa fumadera no subis ni el coro del himno Antioqueño.

Anónimo dijo...

Ajuale pa'si tienen estos caminantes su espíritu de "paisas" y de verracos y con lo viejitos que están. Nosotros no subiríamos ni al manto de la Virgen, pero cuando estémos grandes, vamos a acompañar a nuestro abuelo, por todos los caminos que él se recorre. ¡Que viva Antioquia pués y no jodamos más; porque que Medellín pa'pispo!!!
SARITA - JERONIMO

Anónimo dijo...

Jorge Iván,que buen apunte le diste a elbacé restrepo con la invitación a la caminata y a comer tamal a San Javier,estaré presente en el encuetro,no para comer tamal,sinó para conocer esa atractiva sonrisa conque sale en la foto del colombiano en sus comentarios.
RUMU

Anónimo dijo...

Jorgiván,
Te equivocates!!! Como a tres cuadras de la estación no hay una venta de tamales. hay una FÁBRICA, que no es lo mismo. Y no crea, fumadorcita y todo aguanto todavía...
¿Quién es RUMU? He preguntado mil veces y nadie me dice.

Anónimo dijo...

A 1 cuadra abajo de la iglesia de San Javier hay una venta de tamales.RUMU,Roberto Usme Motta Urrea,de Puerto Berrío(Ant)sé quienes son "los caminantes"más nó a la escritora,Juanfer es mi cuñado espero que con ésto sí me identifiquen.
Saludos RUMU

Anónimo dijo...

EAVEMARIAS HOME QUE VERRAQUERA!!!
pUÉS YO SABÍA QUE MI CUÑADO ROBERTO USME MOTTA ERA GRAN AFICIONADO A INGRESAR A NUESTRO BLOG, PERO NUNCA ME IMAGINÉ QUE ERA EL MISMO "RUMU" Y TODOS AVERIGUANDOP ¿QUIEN SERA??
VIENVENIDO HOMBRE ROBERTO Y ESTAS INVITADO A LA SCAMINATAS. OISTE, LA FABRICA DE ELBACE, QUEDA COMO A 7 CUADAS DE LA ESTACION DEL METRO., HACIA EL DEPARTAMENTO.
JUANFER

Anónimo dijo...

ME DISCULPAN EL "V"IENVENIDO DEL MENSAJE ANTERIOR, PERO ES QUE HAY VECES QUE METEMOS EL DEDO DONDE NO ES.
PROXIMAMENTE DOÑA VIENA RUIZ, ESTARA VISITANDO NUESTRO BLOG. ESPERENLA.

JUANFER

Anónimo dijo...

Mi estimado Juanfer,poco adivinador eres,de todas formas este abuelo tiene suficiente tiempo para leer este blog, soy asiduo lector de el,tienen una carreta extroordinaria para narrar por donde pasan, no hay necesidad salir de casa para conocer a nuestro dpto,ustedes me lo están enseñando.No sabía que elbacé está cerca espero conocerla
muy pronto.
RUMU

Anónimo dijo...

Pués mi querido tío Robertico, estás pillao.
ya tenías a esos viejitos cabezones averiguando por el tal RUMU y nada que daban. Si, esa carretica es amañadora, así a algunos no le sparezca, lo cual es rewspetables, ya que en cuestión de gustos, hay muchos malos.
Un Consejito: No confundir CAMINERIA con CISMATIQUERIA, que nada tienen que ver.
SARITA - JERONIMO

Anónimo dijo...

Estimados compañeros,hoy quiero felicitarlos por el artículo publicado hoy en el Colombiano en "columnas de opinión",eso es lo que necesitamos de uds,no sola caminar sinó divulgar lo que tenemos en nuestro territorio.
De igual manera a elbcé restrepo que nos defiende de "los furibistas" te apoyo en todo tu contenido.Tenemos un excelente PRESIDENTE.
Para todos ustedes continuen con esas notas en:"columnas de opinión"
y"opinión del lector" que con agrado las espraré
A polaroid que le paso con la luz de la lente?
Roberto Usme Motta Urrea.RUMU.

Anónimo dijo...

Excelente los cerros de la nueva portada,pero los caminantes todo terreno,se ven como unos espantos.Que le pasó polaroid Zuluaga con la claridad de la lente?
Roberto Usme Motta Urrea.RUMU.

Anónimo dijo...

Para la spróxima scaminatas, llevaremos tamales DOÑA ELBACE, los cuale snos despachan a domicilio a los lugares de llegada, así sea en pleno monte.
Tamalñes ADOÑA ELBACE, UNA CARICIA AL PALADAR Y UN GUSTO A SU GUSTO.
Que lo digan los Caminantes, ademá sson ecológicos.

JUANFER

Anónimo dijo...

Como se ve de hermoso mi "barrigón". Salvo su barriguita no ha cambiado nada. Nunca me lo imaginé metido a caminante y tan bien acompañado.
Me parece que lo veo, tan galante y atento.
PEQUITAS

Anónimo dijo...

Que caminata tan sobrada y bien contada, definitivamente no se les escapa nada, si pareciera que llevaran papel y lapiz como Misia Elbace pa ser las cuentas, Juanfer
de verdad que se queda uno estasiado de la forma en que describiste el recorrido y me gusto mucho esto" no conoce mas el que mas viaja, sino el mas observa"
y de observacion ustedes si que saben, no se les queda nada en el tintero por decir,
Lastima lobatico, acaso le aquejaba la rodillita o el corazoncito? como sea ya era mas lo que habias caminado que lo que faltaba.
Feliciones para los tres, son unos sardinos llenos de alientos pa recorrer camino y pintar paisajes con la pluma.

conejita.
Harrison N.j