Caminata Bello - Vereda La Unión

Fecha: febrero 16 de 2008

Integrantes: Luis Fernando Zuluaga Zuluaga (Zuluaguita). Carlos Alberto Olaya Betancur (Polaroid) – Jorge Iván Londoño Maya (Lobato) Juan Fernando Echeverri Calle (Juanfer)

Nombre de la Caminata: Oda a una Lavandera y a su hijo Presidente.

En una mañana fría, plomiza y con los signos de la lluvia caída la noche anterior y que amenazaba con seguir cayendo, nuevamente los Caminantes Todo Terreno en pleno, dijimos si a nuestra nueva salida ecológica, para atender una cita con la naturaleza, para lo cual, sin importar la hora, nos encontramos como ya casi siempre es costumbre, Jorge Iván Londoño M., Carlos Alberto Olaya B. y el suscrito, en la estación estadio de nuestro Metro, ataviados a lo bien, con nuestras camisetas alusivas a nuestra tierra, cayados , morrales bien surtidos, buen calzado, la infaltable cámara del Polaroid nuestro fotógrafo oficial y la alegría de estos amigos, que confundidos en un abrazo, guardamos un 50% del mismo, para dárselo a nuestro otro caminante, el gran Luis Fernando Zuluaga Z., con quien nos reunimos en la estación del Municipio de Bello y quien, como siempre, allá estaba esperándonos con El Colombiano en la mano y su inigualable simpatía, por lo cual, le dimos el abrazo que le estábamos debiendo y quien con los ojos cuasi inundados en lagrimones, nos dijo: ¡Huyyy que columnota se fajó hoy nuestro contertulio Raúl Emilio Tamayo, como para colección!!! Y es que el Just Gentium se convirtió en el Catecismo Astete de los Todo Terreno, así como Doña Viena Ruiz, nuestro ángel de la guarda, por su defensa al medio ambiente.

Ahhh!!! Pero hablando del Municipio de Bello, no crean que éste sólo tiene un manicomio, montaña de basura, barrios de invasión, talleres y cosas malucas……..No querido lector, cambiemos esa imagen de que Bello sólo era bueno cuando pasábamos rumbo a la costa y que progresaba más un mico apunta de limonada. Naditica de eso, paren bolas y verán cual es la realidad.

Claro que también tiene el cementerio ferroviario más grande del mundo, clara muestra de la incapacidad, la deshonestidad y la desidia de aquellos funcionarios que dejaron acabar los Ferrocarriles Nacionales, hecho que sólo puede ser contado en nuestro país.


BELLO: Fundado, no formalmente, en 1676 bajo el nombre de Hato Viejo, está ubicado al norte del Valle del Aburra y es el segundo municipio de Antioquia, con 400.300 habitantes, regaditos cómodamente en 149 Km2. y a una altura de 1.450 m.s.n.m contando con una temperatura promedio de 22ºC el cual es envidiable, al igual que su posición, ya que está a una distancia de Medellín de 10 kilómetros que se cubren en 15 minutos, pero con una gran ventaja, hay que advertirle al viajero cuando sale a Medellín, ya que prácticamente están pegaitos.

Esperen más adelantico, que ya iré complementando ésta crónica y se darán cuenta que Bello hoy si es ese Bello que dejó de ser tan feito, gracias a que sus últimas administraciones le han puesto la mano y han sudado la camiseta, paren bolitas y van a darse cuenta lueguito.

Mientras tanto sigamos con los caminantes, quienes apeados del metro en medio de la lluvia que arreciaba, nos dirigimos a la Panadería Marco Fidel Suárez, ahí mismito, donde tomando asiento y muy bien atendidos, pedimos nuestros desayunos consistentes en cafecitos para aquellos, con Almojábana y Mr. Tea para Juanfer, acompañado de palito de queso y un pandequeso de tal tamaño que se le veía el 3,1416 sin necesidad de recurrir a Euclides ni nada por el estilo.

Así, medianamente desayunados, pero muy satisfechos, emprendimos a las 8:30 AM. nuestra marcha rumbo a San Félix, corregimiento de Bello, incrustado allá arriba en la cordillera o a San Pedro de los Milagros, es decir al que nos diera la cuerda y las ganas, lo cual definiríamos cuando estuviésemos allá en pleno alto, ya que son sitios más o menos equidistantes, llevándonos nuestros pasos al parque principal o Francisco de Paula Santander (“·&&···%%&$·&%%·$···), el cual para nuestra sorpresa, no fue reconocido por nosotros, ya que estaba remodelado, pero señora remodelación, toda una belleza:

Su piso forrado en una especie de adoquines cuadrados color amarillo claro, mezclado con piedrita en sus juntas, jardineras muy bien distribuidas, el espacio público impecable y muy bien definido, arborización, lámparas y en su costado occidental, la hermosa iglesia del Rosario, construida en 1947, la cual muy pinchada luce puertas italianas forjadas y vitrales italianos preciosos, la cual reemplazó a la vieja iglesia o capilla de Hato Viejo, ubicada al frente y construida en 1792 y en la cual fue bautizado el más grande de los hijos de Bello, Don marco Fidel Suárez, presidente de la república, literato, escritor, senador, orador y gloria de nuestras letras, quien con Caro y Cuervo, forma esa trilogía de la literatura Hispanoamericana.

Así mismo, se destacan en el parque, los imponentes bustos del Genio de la Gloria Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacio y Blanco y de Francisco de Paula Santander, obras del escultor Jorge Marín y quienes desde el frío bronce, parece se miran con recelo. Descrestados quedamos los Todo Terreno, con la belleza del parque y su entorno, en el cual se nota el trabajo. Igualmente nos llamó la atención la amabilidad de la gente, quienes llamados en su atención con los caminantes, respondían a nuestras preguntas, al tiempo que nos daban la bienvenida a su Municipio y nos indicaban la ruta a seguir para nuestra caminata, al tiempo que dejaban constancia de la belleza de la misma.

Alejándonos del Parque Santander y dirigiéndonos hacia la vía que sube al costado izquierdo de la iglesia, vigilados por el imponente Cerro el Quitasol y con la lluvia inclemente encima, de esa que llaman “moja bobos”, nos encontramos con el hermoso monumento en bronce, piedra y acrílico, obra del mismo Jorge Marín, denominado Oda a Una Lavandera y con el cual se hace justo reconocimiento a Doña Rosalía Suárez, la humilde mujer que dio a luz a Don Marco Fidel Suárez, en un acto de amor, más allá del deber en abril de 1885 y en esa humilde choza que se conserva intacta entre una gran construcción de mármol y vidrio, ubicada a escasos doscientos metros del lugar.

Si, esa choza, que vio nacer al autor de la Oración a Jesucristo y los Sueños de Luciano Pulgar, además de otras publicaciones, discursos, columnas, escritos, manejos al idioma, aportes literarios y de preceptiva entre otros y que llegó a la Presidencia de la República en medio de la humildad y la pobreza para el período 1918 a 1922 pero que no pudo culminar, ya que los envidiosos e infames ataques de un siniestro personaje, que prefiero no mencionar, le obligaron a renunciar a su cargo.

Hay que llamar la atención de las autoridades de Bello, para que le den una manito a la choza de Don Marco Fidel Suárez, la cual presenta el vidrio de su puerta principal destrozado y sus alrededores tomados por algunos como dormitorio, dando un feo aspecto a éste hermoso monumento.

Poco a poco fuimos avanzando hacia el occidente, por una calle bien pavimentada, en medio del saludo de los parroquianos y de la presencia abundante de automóviles, entre los que no se ven casi modelos nuevos, predominando los viejos, pero muy bien tenidos, siendo la mayoría de ellos de la marca Renault en sus modelos 4, 6, 9, 12, 18 y 19…….

VIMOS TODOS LOS MODELOS
PERO MENOS EL VEINTIUNO,
PUE ESE ERA TAN MALO
QUE YA NO QUEDA NINGUNO.

En medio de nuestra marcha, aprovechamos para comprar en una venta de frutas deliciosas rebanadas de piña, bananos y papaya, alimentos que fueron a dar a nuestros morrales para más tardecito y así continuamos nuestra marcha, por esa calle inacabable que se iba parando a medida que avanzábamos, tornándose más complicada y en la misma forma, el ambiente urbano desaparecía, mientras la lluvia amainaba y el sol, el cual había extendido su sueño casi hasta las 9:00 A.m. estiraba sus brazos, bostezaba y suspiraba, para saludar a los caminantes con sus rayos tímidos y vestidos de nubes grises, mientras a nuestro pasos y a nuestros ojos, se aparecían los primeros rasgos rurales, interrumpidos por el verdor opaco, el campo abierto cubierto con la niebla, cual novia que se niega a ser desflorada por los rayos del sol que se resisten a calentar, al tiempo que se escuchan los más claros y gratos cantos de los pájaros.

Casitas de corte campesino, algunas huertas caseras, pinares, vegetación nativa, hermosos bosques de siete cueros bellamente florecidos, la montaña camuflada entre la niebla y la carretera, en la que hasta una culebra cazadora, encontramos acabada de aplastar por un carro, los cuales se han convertido sin lugar a dudas en otro gran enemigo de la fauna. Niños jugando con sus perros y con sus ilusiones, mariposas con su vuelo entre flores jugando a las escondidas y mil detalles más, que hacían las delicias de los caminantes.

Paso a paso, pero seguros, ascendíamos la exigente carretera, cuyo tráfico es algo pronunciado, haciendo gran presencia, las busetas verdes que hacen conexión con el metro y que prestan un excelente servicio a las veredas, ya que hay que decirlo y reconocerlo, es el Municipio de Bello, el que posiblemente tiene el mejor transporte en todo el Valle del Aburra y se ha convertido en un ejemplo para los demás municipios que lo componen.

Así charlaito y en medio de historias cuentos, chistes, carreta y arreglar el país, avanzábamos los caminantes, cuando nos sacó de nuestra “conversa” una hermosa cascada, que si bien no muy alta, si caudalosa y de rápido correr, cuyas espumosas aguas, hacían una fiesta en nuestras pupilas. Esa cascada lleva el nombre de Mundo Malo, al igual que la vereda y no me pregunten el origen de ese nombre, ya que se asimila a la realidad que vivimos y que se comprueba plenamente, cuando al acercarnos a mirar el lugar donde caen las aguas, pudimos comprobar que hay un charco pequeño y transparente, pero en el que flotan, suspendidos en un remolino, platos de icopor, envases desechables, cartones, palos y mil cosas más, dejadas por esos caminantes y paseantes irresponsables y antisociales, que no piensan en el daño que le hacen a la naturaleza y al ecosistema ***)=/&$&&”·$&/()%..-

Fueron varias las quebradas y caídas no muy grandes que encontramos en el camino, ya que el agua abunda en el entorno recorrido. Poco a poco fuimos acercándonos al alto, pero también poco a poco aumentaba el frío, el cual aunque agradable, era penetrante y nuevamente, se sentía caer la lluvia sobre nuestras gorras, espaldas y ponchos,

Por fin llegamos a la carretera principal, la cual de subida sigue para San Pedro y de bajada para San Félix, pero de verdad, no pensamos en ninguno de los dos, sólo llamó nuestra atención el Estadero Coca Cola (ocurrente el que puso ese negocio así en medio de tan hermoso paisaje y habiendo tanto nombre lindo para escoger) , donde fuimos atendidos por una morena como de 1.80 metros de altura, cuerpo de reina y una amabilidad especial, quien compadecida de los fatigados caminantes (pa’eso que damos golpe donde llegamos) se dedicó a atendernos y estar presta a nuestros pedidos de gaseosa y cerveza, ya que no provocaba sino bogar y bogar.

El frío seguía en aumento, el cielo se encapotaba y creo que ni los ruegos a la Milagrosa nos salvarían de una mojada, por lo cual, decidimos agarrar hacia San Félix, buscando “lo más cerca”,para regresar a Medellín y así en plena bajada, con la “moja bobos” en la espalda, llegamos al corregimiento de La Unión, donde la presencia femenina, la música y el olor a almuerzo, nos sacaron de nuestros ponchos, para mostrarnos el restaurante y estadero La Unión, al cual dirigimos nuestros cayados y nuestra hambre mediana, par ser atendidos en medio de un ambiente medio campechano, en unas sillitas súper altas e incómodas y unas mesitas en las que apenas cabía un plato dulcero, una cuchara y el palillo de dientes.

Así, más incómodos que tres en un taburete y sin chistar, hicimos nuestro pedido, consistente en bandeja con diferentes carnes al gusto, gaseosas, cervecita pa’los que sabemos y clarito de mazamorra. Fue larga la espera para que llegara el “servido”….y ¡Oh! sorpresa, que “montononón” de comida junta, con verla, el hambre se vino al suelo y al probarla ahí si que fue cierto…Más bien regularonga, con decirles que es la primera vez que dejamos cada uno de a casi medio plato con pedazo de carne y todo, ya que ni el boquidragón, como me dice el Lobato, por lo refinado de mi gusto al comer, tuve que ceder al nada encanto de esta comida. Claro que nada se perdió, ya que al salir, recogimos las sobras para dárselas a los perritos callejeros que en las afueras del negocio, esperan que cualquier cosita les caiga…….y jijuemama si les cayó bien bueno y bastante; para su hambre y su gusto.

Hasta las fotos de Polaroid Olaya se sintieron desganadas, en nuestro acostumbrado ritual de saludar y tomar visticas a nuestras viandas, las cuales tuvimos que adornar, con un poncho típico de fondo, para darles medio saborcito, ya que la comida, como que no lo tenía.

Como por arte de magia o de pura chepa, apareció ante nosotros una pequeña buseta blanca, bonita de la empresa Copetransa, la cual abordamos de inmediato, pero a los estrujones, ya que los cayados, apenas cabían en aquella reducida carrocería. “Incómodamente” acomodados, con las rodillas pegadas contra el espaldar de adelante, los cayados parqueados de cualquier manera y nuestras posaderas de lado, cual Gay en pleno concurso de belleza, arrancó el aparatejo a buena velocidad, carretera abajo rumbo a Medallo…..

Que paz, que tranquilidad, más experiencias para contar y repasar, cuando de pronto nos interrumpe un vecino, para preguntarnos que si éramos caminantes….y desde ese momento no volvió a parar nuestro inoportuno agrónomo de nombre Marco Antonio y quien se dedica a asesorías tributarias en San Pedro, es decir, está más desubicado que Adán en un bazar de huérfanos; además que se contaba unos chistes verdositos y simploretos como una sopa de carretas, lo que en un momento determinado casi me mueve a sacarlo por la ventanilla.

Así, medio mareados con el vecino (aunque queridito el parroquiano, pa’que pues todo hay que decirlo). mariada de la que se salvó el Polaroid, ya que como cosa rara se puso a mirar pa’entro.

En un santiamén, estábamos en la 80, ahí donde quedaba Colpisos y allí nos bajamos; pero en medio de un aguacero impresionante, que nos obligó a buscar refugio. No importa la hora de llegada….el día seguía como lo dejamos al salir en la mañana; es decir, los relojes y los meridianos se habían quedado estáticos y el sol, se quedó debajo de su ruana.

De allí, Zuluaga cogió taxi rumbo al Poblado y Polaroid, el Lobato y el suscrito, tomamos otro, pero rumbo 80 abajo, donde a cuenta gotas nos repartiríamos a nuestras casas.

Bonita la caminata No. 134 y muy rendidora, ya que tempranito estábamos en casita. Todo un placer comprobar que Bello ya no es ese pueblo feo y estancado que siempre conocimos. Otra cosa es recorrerlo hoy en día, para ver el cambio y la mejora, claro pues que tampoco como pa’decir: ¡Que bruto!!!!.

Hay un datico importante que aclarar de Don Marco Fidel Suárez, gloria de las letras y la literatura hispana, pero cuestionado como Presidente, posiblemente gracias a una historia mal contada, ya que El, contrario a lo que se dice, no fue quien entregó a Panamá a los gringos y mucho menos lo vendió; simplemente que por esas cosas del destino y estando en el solio de Bolívar, le tocó en 1920, recibir los USD25.000.000.00 con que descaradamente los imperialistas del norte indemnizaron a Colombia por
el “I Took Panamá”, con el que perdimos el istmo, el ferrocarril, el canal, nuestra soberanía y nuestro honor, que sigue mancillado hasta nuestros días, pues esos USD25.000.000.00 como afirmaría Fernando González, se volvieron veinticinco millones de prostituciones.

Sigan en sintonía con nuestro BLOG: www.caminantestodoterreno.blogspot..com PARA QUE NOS VISITEN Y DEJEN SUS MENSAJITOS,

JUANFER

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que verraquera de Crónica te mandaste Juano con tu picaresca y tus apuntes jocosos como también la dosis de historia que para eso estás sobrado ,felicitaciones.
Luisfer

Jorge Iván dijo...

Juanfer, uno lee tu crónica y termina empapado de naturaleza e historia. Narraste al pié del camino. Muy sobrada

Anónimo dijo...

Juanfer,me adhiero a los comentarios anteriores¡tremeda lección de geografía e historia patria nos diste!gracias a todos los integrantes de CTT por lo que nos muestran cada semana con esas descripciones tan exactas por donde pasan,eso es difícil de imitar.
Roberto Usme Motta Urrea

Anónimo dijo...

Mucha historia Juanfer para refresacarnos la memoria, las caminatas, no solo son paisajes y caminos, sino la historia que los rodea y que tu deliciosamente nos
compartes.
Memoria prodigiosa la de los caminantes, no se les escapa detalle de lo vivido, para llevarnos de mano de la cronica a
recorrer caminos.

Conejita
Harrison, N.j