CRONICA SAN VICENTE FERRER - GUARNE


Fecha: sábado 14 de febrero de 2009


Nombre: Fantasía de siete cueros, paisajes y fresas para saludar la Puerta del Oriente.


¡Ey!! Juanfer... ¿Qué hora es? Me sacó de mi momentánea concentración nuestro rector Luis Fernando ZuluagaZuluaguita”, para darme cuenta que estábamos montados en una “busetica” de Transportes San Vicente, muy bien cuidada, pero como que se encogió con la lavada, ya que parecía para uso de “guardería” y como tal, mis rodilla quedaban totalmente prensadas contra el espaldar de la banca de adelante.

Son las 7:30 a.m. Respondí, mientras aterrizaba y es que luego de haberme perdido las tres últimas caminatas, para darle cumplimiento a mi obligación de tomarme las vacacioncitas de rigor, a uno como que se le oxida hasta el “tercer piso” luego de tanto descansar.


Efectivamente me llegó la imagen de Carlos Alberto Olaya (Olayita), quien ya le preparaba acomodo a su cámara y a su “monopode”, además de quedarme ahí de refilón Jorge Iván Londoño (El Lobato), quien muy bien posesionado de su ventanilla y con sus rodillas también encogidas, daba sus primeros repasos al personal femenino de la “busetica”, la cual muy cumplidita arrancó rauda y como persiguiendo el viento, rumbo a San Vicente Ferrer, allá en el oriente antioqueño.-


Nos faltaba el José María Ruiz (Chema), quien debido a un evento al cual había sido invitado en la tierrita de “Tartarín” Moreira, no pudo asistir, y en consecuencia había remitido su solicitud de dimisión a la caminata, con buen tiempo, la misma que le fue aceptada por la J.D. de los T. T.


Atrás iba quedando la Terminal de Transporte Mariano Ospina Pérez, nuestro punto de partida y donde ahora recuerdo, nos tomamos los traguitos “predesayuno”, en la cafetería Ricuritas, consistente en cafecito en leche, con buñuelito de esos “tangueros” con medida 8 x 8 diámetro, debidamente fraccionado en cuatro,

Que señor conductor pa’ rendidor y que “busetica” pa’ respondona. Con decirles que así bajo un cielo medio opacongo, un sol que apenas salía de su guayabo del viernes anterior y con la seguridad que tendríamos un bonito día, nos tragamos la autopista Medellín Bogotá, con sus túneles y todo lo que le han puesto, incluidos los residuos de algún derrumbe, para vernos transportados así no más, hasta la empinada carretera rumbo a San Vicente Ferrer.- Ya no había más fábricas, ni bodegas, ni pinares empolvados, ni avisos ni esa contaminación de abajo. No, todo era verdor, casitas campesinas, sembrados de papa, maíz, fresa, frisol y flores a la lata, como dicen los pipiolos hoy en día.


Conversaito pa’ condimentar la marcha y entre comentario y comentario paró la “busetica” o mejor hizo equilibrio desafiando la ley de la gravedad, en una de las empinadas calles de San Vicente y como yo seguía medio atolondrado y como bajado con cauchera, me despedí de la muy “bien de salud” muchachona que venía a mí lado y me bajé del reducido vehículo, con la lógica burla de mis compañeros.- No habíamos llegado al parque hombre, simplemente se bajó un pasajero y yo tras él.


Vuelto a trepar a la “busetica” , y ahí si arrancamos escalando por esas calles que más bien parecen unas paredes, hasta el mismitico parque tan familiar para nosotros, donde apeados siendo las 8:35 a,m. pudimos observar que la fuente del mismo, adornada con su artística fuente de “La Negra de la Pila”, la cual representa una mujer con una batea en la cabeza, como símbolo de la explotación aurífera de otras épocas, había sido pintada y reparada, quedando bien pispa.


Inmediatamente saqué mi cámara (parece un chiste), dado que me está picando esto de tomar “visticas” y arranqué con las primeras a la iglesia, cuidando eso si de cuñarme bien cuñaito pa’ no rodarme, no fuera que se me dañe la cámara, ya que en San Vicente se rueda una babosa si se descuida.


Nos dirigimos los cuatro amigos caminantes a la muy bonita iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá, inaugurada en febrero de 1780, donde elevamos plegarias al cielo, tomamos visticas y nos arrepentimos de nuestros pecados, que pa´ decir verdá, son más bien poquitos y eso que veniales, ya que a estas alturas de la vida “hacemos, decimos y obramos, pero sin pleno conocimiento ni plena advertencia” pa’ que se joda Don Astete.


Como teníamos “más hambre que chivo en garaje”, no obstante ser desganaitos, pues levantamos vuelo pa’l Restaurante El Paisa, donde parece ya les habían tirado la onda de nuestra llegada y como somos clientes fijos, de fama y muy queridos, tenían todo listico... que mejor dicho ni pa’ recibir al presidente.

Hechos los pedidos, consistentes en dos veces sendas (es decir cuatro) tacitas de chocolate, con huevitos revueltos, arepita y quesito y cualquier cosita adicional al gusto del más antojaito, dimos cuenta de esas viandas pa’ salir volaos rumbo a Guarne, obviamente que previo pago de la cuenta, ya que honraos si somos, pa´ que no piensen mal por aquellos de “volaos”, ya me refería era a ligerito.


Efectivamente, tomamos por un costado del parque, rumbo abajo y por plena calle del comercio, cuando así “como el roce de un ala sobre el viento”, la voz nada infantil de Zuluaga le pregunta a Olayita: ¿No trajiste la gorra? Nada home responde el interpelado, quien además de interpelado, es “pelado” del coco, es decir, ya tiene las meninges expuestas al sol (característica casi generalizada de estos caminantes), lo cual puede ser peligroso, viéndonos movidos a buscar un almacén donde comprar la gorra para nuestro querido amigo, fotógrafo, compañero y caminante.


Es normal que Olayita olvide llevar gorra y tenga que comprar en cada pueblo, lo cual es benéfico para las memorias escritas de Los Caminantes Todo Terreno, considerando que así nos facilita llevar las “estadísticas” que llaman los instruidos, sobre el número de nuestras caminatas, las cuales gorra más o gorra menos, ya se trepan como a 161.


Cuando salimos del almacén, continuamos calle abajo nada más y nada menos que hacia “La Puerta de Oriente”, el mismitico Municipio de Guarne, ese, que ¿quién lo iba a creer?, nunca antes había sido pisado ni hoyado por nuestros callados en su parte urbana o cabecera, y que sólo lo habíamos hecho y de paso por su parte rural; es decir, hoy Guarne estaba debutando con nosotros y al contrario o “viceversa” como dicen los doctos.


Bajando por esa pared mal “verticalizada” y haciendo equilibrio cual alambristas de circo, nos fuimos deslizando hacia la vereda La Enea, por terrenos ampliamente recorridos anteriormente y conocidos por los T. T. quedando atrás el pueblo, del cual sobresale por encima de todo lo que se logra ver, las torres de la iglesia, “ya que toda población en Antioquia, cuenta con una que vale más que el pueblo.”



¡Que mañana tan bonita! Yo se los dije. El sol alumbraba y calentaba con intermitencia y a lado y lado del camino, finquitas con sus huertas, sus gallinitas, algunos hatos de ganado, jardines hermosos con sus flores de colores, perros durmiendo o ladrando ante nuestra paso y algunas aguas , pantano a medio remojar, pinos, eucaliptos, dragos y los sietecueros con sus flores a reventar, tiñiendo el paisaje de morado y solferino, para combinar con las avecillas que revoloteaban a nuestro paso, escapando de nuestra presencia por entre las ramas y rastrojos; por esos donde también se colaba el fresco viento, aportando su canto y su murmullo a esa paz silenciosa..


Que bonita labor ha hecho EPM en esta región, conjuntamente con Cornare en beneficio del ecosistema; pero consideramos, no han sido bien correspondidos, ya que la carretera es bastante sucia a lado y lado, debido a la cantidad de basuras que se arrojan en sus bordes.


Para acabar de ajustar, no habíamos caminado más de un kilómetro y medio, desde la cabecera municipal, cuando ¡Oh horror!! Se estaban adelantando unos trabajos para una carretera, camino vecinal o “el aeropuerto internacional de San Vicente”, sabrá Chuchito... El movimiento de tierra era bastante grande, mostrando una inmensa mancha amarilla de barro colorado y un gran boquete sobre una colina destinada a desaparecer, mientras la indolente retroexcavadora, su contaminante chorro de humo y su operario, insistían en morder, morder y morder, cambiando el verdor vegetal por ese barro mortal. ¿Sí habrá control oficial y ambiental para estos trabajos? Ahí queda la duda y bailando en l’uña.


Bajo el mismo cielo con su “monito” intermitente, las nubes juguetonas formando figuras y el hermoso paisaje encerrado en montañas, las mismas que delimitan el Valle de San Nicolás del Rionegro y más allá, muy lejos, esos brazos de nuestra cordillera, envueltos en un azul oxigenado, tras los cuales se extiende el Valle del Aburrá, marchábamos los Todo Terreno a buen paso buscando el Municipio de Guarne.


Carretera destapada (léase camino veredal) y en regular estado, claro que muy superior al de nuestra última patoniada por éstos mismos parajes, cuando gracias al invierno todo era pantano al por mayor, prueba de ello y como huella cuasi imborrable, los hundidos en la vía, allí donde existieron esos huecos capaces de tragarse un pequeño camión sin preguntarle. Parece que algún cascajito le han echado a esa trocha, pero se necesita es afirmado y asfalto, ya que nuestros campesinos sacan sus productos por ellas y no pueden seguir perdiendo plata ni viendo afectada cada vez más, su calidad de vida.- ¡Ministrooooo!!!.


Casitas hermosas a lado y lado, más pájaros, mariposas revoloteando sobre el mar de flores, el bosque de sietecueros y más cultivos. Para nuestra sorpresa: ¡Fresas!! Sí, esa rojita y corrugada frutilla tan anhelada por los mercados extranjeros, ya que se utiliza en productos de belleza y conservas, además de ser un alimento rico en vitaminas y en antioxidantes, esos que ponen a volar la vanidad humana. Como resaltan de bonitas con su rojo encendido sobre el plástico que las protege de gusanos, babosas y mojojoy. Como las cuida y selecciona su cosechador, quien con toda la curia las separa en tres calidades para tres diferentes mercados.


¿A como el kilo? Pregunta Zuluaga. A $3.000 patrón, responde el campesino. ¿A lo mismo que en Medellín? le interpelo.... Sí, pero es que en Medellín no le venden de ésta. Y sí., tenía razón el muchacho La calidad extra, del tamaño de una ciruela claudia. Es decir, tenía más rebaja un tiquete en Metro.


Deme un kilito, pide Zuluaga, y el buen hombre ni corto ni perezoso le empaca en una bolsa negra de plástico, “un kilo que parecían dos” y a comer fresa a lo desgualetao, mientras le seguíamos dando duro al camino, ese que a tramos se llenaba de niñitos y campesinos, familias enteras, lo cual aprovechaba el Lobato para repartir bombones y el Olayita para hacerle clic a su cámara, plasmando sus lindas fotos y sus incomparables panorámicas.


Entrando a la vereda El Coral, apareció la primera fondita o tienda del camino. Allí paramos a refrescar radiadores y chasis, situación que aprovechamos para preguntarle al dueño de la tienda, si había alguna trocha para coger a guarne, el cual creíamos ver en lontananza como a diez tabacos, a lo que responde el hombre: “¡Eavemaria pues señores¡¡ Aquí no masito en ese camino que acabaron de pasar pa’mano izquierda, cojanlo y allá donde se ve esa casa grande de techo de teja, ahí agarran a la derecha y siguen pa’Guarne derechito. Es más cortico que seguir por la carretera.” Gracias mi don. Dicho y hecho, hicimos lo que nos dijo “La Milagrosa” disfrazada de tendera y siga el camino indicado, en medio de una sinfonía de pajarillos y fresas y nuevamente los sietecueros.


El Ave María del Lobato, la cháchara, las anécdotas, el goce inigualable del Zuluaga y la admiración del paisaje por los cuatro caminantes, que también estrenaban camino veredal, es decir, agregábamos nuevas experiencias a lo que ya teníamos. Que belleza todo carajo.


Es de resaltar un nuevo invitado en el paisaje. El fique o cabuya, ese que se extrae de la penca o mague del mismo nombre, utilizado para hacer costales, empaques, tapetes, artesanías y mil cosas más y que por fortuna ha vuelto a posicionarse en el mercado, para beneficio de los campesinos que lo cultivan y comercian. Vamos a ver si hasta vuelve la “tapetusa”, no es nada raro y mejor no digo que es eso, ya que somos abstemios y legales.


De pronto un contaminante chirrido rompe el silencio. Un celular...La Coneja dice el Lobato. Contesta el teléfono y si, era ella, nuestra querida amiga, fand y admiradora Gloria Luz Florez (La Coneja) quien desde Estados Unidos, llamaba a saludarnos con motivo del día de San Valentín.


Fue una fiesta su llamada. Todos pasamos al habla a saludarla, le mandamos florecitas virtuales armadas en sietecueros, orquídeas y pensamientos y un margaritón silvestre de la India, sirvió de homenaje a la querida amiga, lo cual quedó plasmado en las fotos de Olayita.




El sol arriba, parecía se había cansado de prender y apagar. Ya sostenía sus rayos medianamente generosos sobre nosotros y hasta unas nubes negras aparecieron en el occidente, pero no eran de preocuparnos, ya que también a nuestros ojos, apareció la autopista Medellín Bogotá. Construcciones que se divisaban y la inconfundible silueta de la iglesia de Guarne, rodeada por toda su arquitectónica feligresía, “disparejamente trazada”.


El camino muy uniforme, el paisaje repetido, siempre custodiados por los sietecueros florecidos, llegamos hasta una urbanización muy bonita, a tiro de piedra de la cabecera, donde hicimos un rodeo, tomamos un atajo y nos ganamos un buen trecho, gracias a la indicación que nos dio un joven muy bien puesto en orden y de muy buena figura, que no tenía más de diez y seis años de edad y quien se dirigía a tomar clases de inglés, ya que la cultura por fortuna también sabe ir a los pueblos. Así en medio de algunos ejemplares vacunos y caballares, salimos a la carretera principal y sin darnos cuenta, estábamos en las propias calles de Guarne, municipio que ha crecido bastante, pero en el que parece, el tiempo se hubiese quedado dormido.


Fundado en 1757, con el nombre de Élida de la Candelaria, fue erigido municipio en 1817, tiene una extensión de 151 Km.2 donde cómodamente se acomodan unos 36.500 “guarneños”, quienes a una altura de 2.150 mts. s. n. m. y con una temperatura de 17°C, Están separados de Medellín por 24 kilómetros que se hacen en media hora. Sus tierras pertenecieron a la jurisdicción de nuestra Señora de los Remedios y desde comienzos del siglo XVIII se explotaban en este valle, minas de aluvión. En 1659 tuvo su propio curato. En 1720 la viuda del ciudadano español Don Juan Londoño (posiblemente primo ciento diez de El Lobato) levantó la capilla. En 1814, se le otorga licencia al señor Miguel de Henao, para establecer una nueva colonia, el lugar que ocupa el actual municipio.


Bueno, volviendo a nuestro ingreso al Municipio de Guarne, pisado por vez primera por los T. T. en su cabecera, pudimos observar el movimiento comercial del pueblo, el ambiente fiestero, sus mujeres muy bellas, su parque en el que se eleva el monumento a la Puerta de Oriente; bien arborizado, bien conservado y limpio y como cosa rara, salvo omisión, error o falta de observación, que no creo se me pueda dar tan repetido, no existe un busto, estatua, placa o monumento a nadie, a lo que agregó Olaya ante mi comentario, que posiblemente estén guardando el sitio, para el merecido bronce al Presidente Uribe. ¡Aleluya!!


Fotos rumbaron de Olayita y una que otra del suscrito. Luego, en barrita nos dirigimos a la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, a seguir con nuestros ruegos y golpes de pecho, ya que en el camino siempre se dicen palabritas.. Muy bonita la iglesia, hasta donde pudimos ver, dado que estaba a oscuras, bien por economizar energía o por exceso de pago en los servicios.


Como cosa rara y siendo las 3:12 p. m. (eso decía mi reloj y el de la iglesia, el cual estaba bueno así parezca mentira) nos dieron unas ganitas de almuerzo, para lo cual Zuluaga propuso ir a comer hígado, ahí mismito casi en el marco del parque, lo cual fue aceptado por hambrienta necesidad y en forma unánime.


Pues fue así como llegamos a un pequeño negocio llamado “Hígados y Carnes”, y al cual ingresamos por la misericordia de Dios, ya que se llenó con los morrales. Fuimos atendidos amablemente por una señora, a quien le pedimos cuatro platos de hígado de res, con arepa y arroz bañado en su salsa (la del hígado, no la de la dama) y gaseosa o cerveza al gusto. A lo primero que le eché ojo, fue al baño, pero sólo había una puerta ahí casi en la acera,.con un letrero: DAMAS. Señora, le dije a la administradora: ¿Y el baño de los hombres? No señor me contestó, sólo tenemos de damas. ¿Cómo? ¿Y quién les dio licencia para funcionar así? Es que no necesitamos licencia ya que este negocio tiene sesenta años y antes no se pedía.


Vea pues los adefesios que se ven en mi país carajo. Qué irán a decir Sarita y Jerónimo, cuando sepan que el abuelo se comió tremendo hígado bien rico y el arroz ni hablar, pero con disfrute a medias, ya que eso de almorzar con la vejiga sin una arruga es como pagar una penitencia.


Cubrimos la cuenta, dimos las gracias a la señora del establecimiento a quien le recomendé tener siquiera un tarro y salimos presurosos a buscar bus de regreso a Medellín, mientras el Lobato me pegaba sus acostumbrados regaños “dizque” por lo que le dije a la señora de la licencia… ¿Y qué? Es que no me gusta el desorden social y punto.

Efectivamente, en pleno parque tomamos una buseta enrazada en bus, de la empresa Transportes Guarne, en la cual nuevamente como repisando o repasando nuestros pasos y a muy buen “paso”, nos dejó en la estación Universidad.


Apeados del vehículo, pasamos revista desde lo alto a la estación, al renovado planetario, al parque explora, al parque de los deseos, al remozado estadio Tricentenario y hasta vimos un poquito de fútbol, mientras para mis adentros decía con orgullo: ¡Ah mi Medellín pa’pispo!!


Luego ingresamos al Metro, el cual a 80 kilómetros por hora, sin que nos ofrecieran galleticas o confiticos y sin verle la cara al chofer, nos llevó casi hasta nuestras residencias en un dos x “tren.”

Saluditos y hasta la próxima si el superior permiso lo permite.


Juan Fernando Echeverri Calle (Juanfer)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Juanfer,vos siempre con tu jocosidad,muy buenos apuntes,lo único que le faltó a esta narración fué el moñito.¡Qué regalazo!con vos siempre se aprende.
RUMU

Anónimo dijo...

Muy sabrosa tu cronica mi Juanfer, muy amena y divertida con tus comentarios simpaticos, que rico y pude acompañarlos durante unos cuantos pasitos y disfrutado del paisaje atraves de sus palabras, ahi poco a poquito me les voy arrimando.
Gracias Juanfer, por medio de tus cronicas siempre aprendemos de los caminos.

Conejita.

Jorge Iván dijo...

Con tu crónica nuestro blog quedó pasado con los colores del siete cueros, el sabor de las fresas, la inmensidad de los paisajes, la manifestación de la amistad y la copiosa inspiración de tu pluma.

Anónimo dijo...

Que nuestro abuelo les manda decir a nuestro tío RUMU y a nuestros amigos La Conejita y El Lobato, que muchas gracias por los mensajitos.
Que no podrá asistir a esa cosa que llaman tontulia o contulia o tertulia...algo así, donde se reunen unos viejitos a hablar y hablar...; ya que lo tienen que intervenir de la vejiga.
Que Dios los bendiga.-
Sarita - Jerónimo
Jjerónimo

Anónimo dijo...

Es una caminada muy agradable, suave, comparada con otras de Uds.
Es una lástima que el narrador, tan dado a la historia de Antioquia como es, no hubiera mencionado a los Comuneros de Guarne, anteriores a los de Charalá, pre revolucionarios campesinos mineros de oro y sal que recorrieron de Guarne a Rionegro, por el Valle de La Mosca, exigiendo cumplimiento a sus pedidos.

Anónimo dijo...

Buenas noches: Se informa que Don Juanfer, regularcito de salud, manda saluditos y agradecimientos por nuevos mensajes e interés en la crónica, sobre la cual se dieron "raras" fallas al momento de insertar las fotos en el blog por parte de los editores,se corrió el texto y quedaron unos bloques de punto seguido donde era aparte.
Los editores están solucionando.
Igualmente se informa que en otra oportunidad se hablará sobre los comuneros (poca incidencia tuvieron aunque marcaron un hito revoluciobario local) y sobre nuestras heróicas mujeres del oriente Antioqueño y su espiritu libertario para los esclavos.
Jealbo

Anónimo dijo...

Espectacular narración de nuestra aventura caminante decorada con chistosas frases que la hacen más amena y con tu sentido de pertenencia en la parte ecológica.
Felicitaciones Luisfer